La radio, esa ventana al mundo

El 14 de mayo de 1897, el ingeniero eléctrico italiano Guillermo Marconi cambiaría el rumbo de la información y la comunicación. Ese día logró realizar la primera transmisión de radio de la historia enviando un mensaje inalámbrico a través del mar entre el canal de Bristol (Inglaterra) y Penarth (Gales); una distancia de seis kilómetros que sería la primera que sortearía este nuevo y popular medio.

En España tuvimos que esperar algunas décadas, pero en 1924 se inauguraron las ondas radiofónicas a través de Radio Ibérica. Otras fuentes apuntan a que la pionera fue Radio España, pero la realidad es que no resulta sencillo saberlo. En el documental 100 años de radio en España, del periodista Guillermo Orduna explica que durante esos años, muchos radioaficionados emitían de forma ‘pirata’. «Había también emisoras que fabricaban los receptores. Y una forma de lanzar su negocio era venderte el receptor y luego venderte el programa», expone. Ese habría sido el caso de Radio Ibérica, instalada en un pequeño estudio de Prado del Rey (Madrid) que formaba parte de un taller fabricación y venta de válvulas electrónicas. Y es que también en ese mismo 1924, inauguró su emisión regular Radio Barcelona, considerada la primera emisora autorizada por la Dirección General de Comunicación en España. En 1925 nacería Unión Radio, emisora que ganaría una amplia popularidad y que pasaría a convertirse en la actual Cadena SER.

Había llegado un fenómeno revolucionario. El acceso a noticias, cultura o música desde cualquier lugar transformó la concepción de la información y, si en un principio solo accedían a este medio las élites, en poco tiempo logró popularizarse, aunque Primo de Rivera otorgaba pocas licencias y muchas emisoras funcionaban en modalidad privada o cooperativa. A partir de 1931, con la llegada de la II República, se abre un período de libertad de expresión y ampliación de derechos que también afectaría a la radio. Diversidad de voces y de contenidos, distintas perspectivas políticas y un desarrollo tecnológico que permitía un mayor alcance propiciaron que la radio fuera un elemento indispensable en multitud de espacios. Sin embargo, la Guerra Civil interrumpió este auge y las ondas pasaron a cumplir un papel político –o propagandístico–. Radio Nacional de España, creada en 1937 por el bando franquista y a cargo de Millán Astray, controlaba de forma estricta la información y fue el altavoz oficial del bando nacional. Por su parte, las emisoras pertenecientes a Unión Radio se convirtieron en el Servicio de Radio Pública Republicana.

Durante el franquismo, la censura impedía la emisión de contenidos de radio independientes

Cuando la guerra terminó, y hasta el fin del franquismo en 1975, la radio estuvo muy controlada por el Estado y la censura predominante impedía la emisión de contenidos independientes. Sin embargo, la llegada de la democracia supuso la apertura a nuevos contenidos. Cadena SER se alzó como un medio crítico y plural; RNE transicionó hacia una perspectiva más objetiva y, en general, la programación radiofónica se convirtió, paulatinamente, en un magazine con variedad musical, deportiva y de información. La COPE, propiedad de la Conferencia Episcopal Española, nació en 1960; en 1966, vinculado a la cadena SER, arrancaron los míticos 40 Principales. Durante los años 80, 90 y 2000 se consolidaron cadenas como M80, Antena 3 Radio o Radio 3 –referente de la Movida–, y espacios inolvidables como Hora 25, Hoy por Hoy, Protagonistas, Directamente Encarna o La Gramola. Las voces de Gemma Nierga, Iñaki Gabilondo, Carlos Herrera, Luis del Olmo o Pepa Bueno constituyeron un anclaje sonoro y son parte del archivo memorístico del audio de nuestro país.

Plataformas como Spotify, Ivoox o Apple Podcast permiten que los programas radiofónicos perpetúen su escucha en diferido

A finales de los 90 llegó otro punto de inflexión: el nacimiento de la radio digital. Las principales radios comenzaron a emitir en streaming y esto les permitió llegar a una audiencia omnipresente a través de móviles, tablets y portátiles, pese a que la radio tradicional tampoco ha perdido fuelle, principalmente en los trayectos en coche o en espacios de trabajo. Aplicaciones móviles, plataformas como Spotify, Ivoox o Apple Podcast permiten que los programas radiofónicos perpetúen su escucha en diferido, por lo que no es extraño que España sea un voraz consumidor de radio y audio digital. En 2024, cerca de 23 millones de personas de media escuchaban la radio cada día.  Quizá por motivos de compañía, aprendizaje, descubrimiento de nuevas voces, mero disfrute o todas ellas en sintonía. Sea cual sea la razón, parece que a las ondas les queda una larga vida por delante.

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