Alguien refiriéndose al inmenso Charles 'Valor de Ley' Portis (de paso: ¿hay alguien allí que de tres golpes y se disponga a traducir sus otras cuatro novelas aún inéditas en nuestro idioma?) lo definió con un «como Cormac McCarthy, pero divertido». Siguiendo esa misma idea, podría definirse a Paul Murray (Dublín, 1975) con un « como Jonathan Franzen, pero gracioso ». Porque — lo saben quienes ya rieron y temblaron con la maravillosa y para Murray consagratoria 'Skippy muere' (en Pálido Fuego)— 'La picadura de abeja' es, de nuevo, una de esas novelas deprimentemente alegres o alegremente depresivas. Como ya lo fueron la citada odisea escolar de Daniel 'Skippy' Juster en 2010. O —antes y después— 'An Evening of Long...
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