Jane Austen: la mejor novelista del mundo cumple 250 años

Portada: Acuarela de Cassandra Austen (1904). Para unos es romántica; para otros, realista. La toman por victoriana, pero es georgiana. Sin duda es audaz, irónica y certera. Y, lo más sorprendente, murió joven, pero sigue viva. Es Jane Austen, cuyo 250.º natalicio se celebra este año. *** Jane Austen nació el 16 de diciembre de... Leer más La entrada Jane Austen: la mejor novelista del mundo cumple 250 años aparece primero en Zenda.

Apr 11, 2025 - 05:05
 0
Jane Austen: la mejor novelista del mundo cumple 250 años

Portada: Acuarela de Cassandra Austen (1904).

Para unos es romántica; para otros, realista. La toman por victoriana, pero es georgiana. Sin duda es audaz, irónica y certera. Y, lo más sorprendente, murió joven, pero sigue viva. Es Jane Austen, cuyo 250.º natalicio se celebra este año.

***

El milagro de su dilatada vida obedece a su ingenio y a las incontables reimpresiones, reediciones, adaptaciones y refritos de sus obras. Por no mencionar los libros, sociedades, exposiciones y museos dedicados a su figura, junto con bailes, lecturas y festivales. A la causa contra natura contribuye un sinnúmero de subproductos: tazas, velas con aroma a sus personajes, papel higiénico… Pero, como preguntó unas décadas después de su muerte el sacristán de la catedral de Winchester al ver que todo el mundo buscaba su tumba: «¿Qué tenía de especial esa señora?».

Jane Austen nació el 16 de diciembre de 1775 en Steventon, un pueblecito de Hampshire (Inglaterra). Si sus padres no erraron las cuentas, fue diezmesina. Hay quien ve en eso su talento y su muerte prematura. Pero, como casi todo lo que la rodea, poco se sabe a ciencia cierta. No está claro ni qué aspecto tenía. En esto y otras cosas coincide con Shakespeare, del que hay un busto y algún retrato que no puede afirmarse que sea suyo. Giuseppe Tomasi di Lampedusa dijo del Bardo que todo cuanto sabemos de él con certeza cabía en una página. Con Austen pasa algo parecido. El rostro que figura en el billete de diez libras esterlinas desde el 200.º aniversario de su muerte, en 2017, es un retrato idealizado de un dibujo de Cassandra, su hermana.

"Entre medias, Jane pasó temporadas en varios pueblos de la costa. Dicen que en Lyme Regis se enamoró de un joven que poco después murió o se esfumó"

Jane fue la séptima de ocho hijos, seis chicos y dos chicas. Sabemos que nació del párroco George Austen y su esposa Cassandra, de soltera Leigh. Pero ignoramos de qué murió: una extraña dolencia la sentenció a los 41 años. Disfrutó de la biblioteca paterna y, entre 1785 y 1786, estudió en la Abbey House School de Reading. De joven escribió parodias y obras con mucha guasa para disfrute de su familia. No salió de Inglaterra. No firmó sus obras; era feo que una dama cobrara por escribir. No ganó demasiado con sus libros. No tuvo hijos. No se casó. Algunos dicen que no quiso. Tuvo varios pretendientes —la historiadora Lucy Worsley cuenta cuatro o cinco— y hasta parece que una noche aceptó una proposición, pero la rechazó por la mañana. Según su madre, estaba casada con su hermana, quien fue su amiga, confidente e interlocutora ideal.

En 1801, George Austen se jubiló y se mudó a Bath con su esposa y sus hijas. Jane dejó Steventon con pesar. En 1805, el padre murió y las Austen pasaron a depender de sus hermanos. Compartieron casa en Southampton con el sexto, Frank, y su mujer, Mary Gibson. Entre medias, Jane pasó temporadas en varios pueblos de la costa. Dicen que en Lyme Regis se enamoró de un joven que poco después murió o se esfumó.

"Clarke le propuso escribir una novela histórica y ella contestó que jamás podría escribir una novela seria, salvo si le fuera la vida en ello; que, de no poder reírse de sí misma y de los demás, la ahorcarían antes de acabar el primer capítulo"

En 1809, Jane se instaló con su madre, Cassandra y su amiga Martha Lloyd en Chawton Cottage, una casita que les cedió su hermano Edward, a quien los Knight, una pareja de ricos sin hijos, habían adoptado de adolescente. Hoy Chawton es la casa museo de la autora. Austen pasó allí el resto de su vida, salvo el final. Dicen que escribía en una mesita redonda y que le disculpaban las tareas domésticas, a excepción del desayuno, que preparaba después de tocar el pianoforte. También estaba a cargo del té, el azúcar y el vino. Hacia 1816, enfermó y se fue con Cassandra a Winchester para estar cerca del médico. Murió allí el 18 de julio de 1817 y la enterraron en la catedral. Su epitafio no mencionaba su escritura, tan solo su «extraordinaria capacidad mental», junto con su dulzura, bondad, caridad, devoción, fe y pureza. Luego eso se corregiría. Al ser mujer, Cassandra no pudo asistir al funeral. Tuvo que ver el cortejo fúnebre desde la ventana hasta que volvió la esquina y la perdió para siempre.

En 1816, Austen se negó a bailarle el agua a James Stanier Clarke, bibliotecario de Jorge IV, entonces príncipe regente. Clarke le propuso escribir una novela histórica y ella contestó que jamás podría escribir una novela seria, salvo si le fuera la vida en ello; que, de no poder reírse de sí misma y de los demás, la ahorcarían antes de acabar el primer capítulo, y que debía ceñirse a su estilo. He ahí un My Way en toda regla y una muestra de su independencia y humor.

Escribió seis novelas magistrales, cuatro publicadas en vida: Sentido y sensibilidad (1811), Orgullo y prejuicio (1813), Mansfield Park (1814) y Emma (1815). La abadía de Northanger, que de hecho fue la primera que vendió a un editor, con el título de Susan, se publicó después de su muerte, junto con Persuasión (1817). Los Watson y Sanditon, ambas inacabadas, y Lady Susan salieron póstumamente.

Austen llevó una nutrida correspondencia de por vida, pero a su muerte Cassandra destruyó casi todas sus cartas. Se conservan unas 160.

"n el Reino Unido, el Jane Austen Centre prepara un festival en septiembre, y un baile con cena que pondrá la guinda a las celebraciones el 13 de diciembre en Bath"

Su legado es ecléctico e insólito. Abarca desde sus obras maestras a estrambóticos derivados con zombis y monstruos marinos. Ha inspirado Bridget Jones, que ya va por la cuarta entrega, y ha influido en Los Bridgerton, título que evoca el de Jones. El pasado 2 de febrero, la BBC estrenó la serie Miss Austen. Alianza Editorial relanzó en un estuche su obra completa en 2024 y acaba de publicar Dos tardes con Jane Austen, de la insigne austenita Espido Freire. Ariel sacará este abril una reimpresión con nueva cubierta de Tras los pasos de Jane Austen, también de Freire. Libros de Seda ha publicado y publicará en 2025 nuevas traducciones de Orgullo y prejuicio (enero), Lady Susan (mayo), Emma (noviembre) y Sentido y sensibilidad (finales de año). Alba Editorial, que cuenta con su obra íntegra, sacará en mayo un estuche con sus cuatro grandes novelas. Y el calendario austenita de 2025 viene más apretado que un maillot. En el Reino Unido, el Jane Austen Centre prepara un festival en septiembre, y un baile con cena que pondrá la guinda a las celebraciones el 13 de diciembre en Bath.

Al contrario de lo que le reprochan, Austen no dio la espalda a su tiempo. Durante gran parte de su vida, entre 1793 y 1815, Inglaterra estuvo en guerra con Francia, con algún breve lapso, y también contendió con su excolonia de América. Hubo miedo, restricciones y censura. Dos de sus hermanos sirvieron en la Marina. Austen no vivió en la inopia. A través de lo doméstico y las relaciones, plasmó un vivo retrato irónico y perspicaz de la sociedad de su época. Como apunta Helena Kelly en Jane Austen: The Secret Radical, creó clérigos de dudosa vocación y entrega, por no hablar de terratenientes, soldados y aristócratas crápulas, avaros, ridículos y fariseos. Sus heroínas no son perfectas y sus héroes no son príncipes azules; son de carne y hueso, con virtudes y defectos, prejuicios, tropiezos y anhelos. Si algo no pasa de moda, es eso.

Austen sigue viva porque escogió lo eterno: la naturaleza humana. Y, junto a las tramas de parentescos, bailes, mercadería matrimonial, amor y desplantes que han invadido las pantallas, en sus libros abordó —como haría después Virginia Woolf— temas fundamentales y vigentes: las afinidades electivas, la dependencia económica (en especial de la mujer) y el peso de la vivienda, ese espacio sujeto al bolsillo e, históricamente, a la condición sexual. Pero, sobre todo, porque lo hizo con fino ingenio y sagacidad, sin discursos farragosos ni pegotes, mediante personajes que hablan por sí solos y una prosa de relojería; con distanciamiento, inteligencia y sensibilidad, intriga, humor y diálogos brillantes. No sorprende que Woolf la describiera como «la escritora cuyos libros son inmortales».

Eso tenía de especial «esa señora» y por eso hay que leerla. ¡Larga vida a Jane Austen!

La entrada Jane Austen: la mejor novelista del mundo cumple 250 años aparece primero en Zenda.