Cómo dos minutos de Telecinco han sido vistos por cientos de millones de personas: "¡Montoya, por favor!" esconde muchas más enseñanzas que un simple meme

La gente quiere ver en televisión emociones que se sientan como verdaderas, aunque estas sean obviamente falsas. Por eso triunfan tanto los 'Gran Hermano' donde se gritan y sufren por amores de una semana, y los 'Supervivientes' que, tres días después de llegar, ya quieren irse porque echan de menos a su familia: son sentimientos fingidos (o, cuando poco, exagerados) para atraer a la audiencia, pero, a estas alturas, Telecinco tiene un máster en mostrar el punto justo de drama entre la realidad y la parodia, lo justo para que el público se lo crea y empatice, pero nunca se lo tome demasiado en serio. En este contexto es donde entra 'La isla de las tentaciones', la sublimación del estilo Mediaset de contar historias. No importa si lo que pasa en esa isla es verdad o mentira, si tiene guion o no, o si cada temporada es absolutamente igual que la anterior, incluso repitiendo las mismas frases hechas: tiene un público cautivo deseoso de ver, más que morbo y carnaza, reacciones más o menos genuinas de sus concursantes. Porque, a estas alturas (y presuponiendo que no hay un guion preestablecido), nadie entra a un programa como este sin saber lo que va a pasar, y probablemente tiene sus airados gritos y desgarros ensayados delante del espejo del baño en casa. Y, quizá así, se entienda un poco mejor el fenómeno internacional de Montoya. Montoya, please! No es que en Estados Unidos y el resto de países donde se ha hecho viral el "¡Por favor, Montoya!" sean ajenos al formato de 'La isla de las tentaciones'. 'Temptation Island', el reality original, nació en 2001 en el primer gran boom del género, entre polémicas de todo tipo. Sin embargo, supo sobreponerse a las mismas y, de hecho, se vendió a más de veinte países (en algunos de ellos, de hecho, como Argentina, Brasil o México, se emite actualmente en Prime Video), entre los que se encontraba España, donde Francine Gálvez abrió la senda con el mítico 'Confianza ciega' de Antena 3. En Espinof Desnudos, anime y Jesús Gil: los 18 programas de Telecinco más lisérgicos en sus 33 años de historia Sin embargo, hay algo que separa 'La isla de las tentaciones' española del resto de formatos. Mientras que en Reino Unido o Francia los concursantes llevan el duelo por dentro y muestran lágrimas escondidas y emociones reales (y, por tanto, aburridas) ante la infidelidad de sus parejas, en España, sabiamente, hemos sabido convertirlo en un teatro, un cuadro expresionista en el que los concursantes le gritan a una tablet, se desnudan, corren a la playa, gritan cosas como "¡Me has reventado por dentro!" y, después, vuelven a su villa para bailar un reggaeton lento con su amante. No es natural, no es real, es una exageración pura continua, pero triunfa por ser perfectamente consciente de su condición. Y, por eso, cuando Montoya -que llevaba ya tiempo buscando la fama televisiva hasta que la ha encontrado- gritó delante de la tablet y salió corriendo por la playa perseguido por Sandra Barneda en búsqueda de su novia, Anita, que en aquel momento se estaba beneficiando a Manuel, su querido, dos cosas estaban claras en la cabeza de todo el mundo. La primera, que este sentimiento era verdadero. Tenía que serlo, porque todos creemos que reaccionaríamos así si viéramos a nuestra pareja poniéndonos los cuernos (en lugar de parados e incapacitados para hacer nada más que llorar). La segunda, que en ese mismo momento 'La isla de las tentaciones' había devuelto al público a una Telecinco que no se ve como telebasura o morbo, sino como algo mucho más importante: real. You're going to regret this! Por más éxito que puedan tener programas como 'Pasapalabra', 'La Revuelta' o 'El Hormiguero', nunca podrán tener la viralidad de un buen chisme. Porque, en el fondo, el "¡Por favor, Montoya!" es la versión agrandada y televisada de un buen "¿Te has enterado de que...?" junto a la máquina del café. Si ya en su día España entera se volcó con un "¡Estefanía!" que incluso sonó en los Goya, ahora ha llegado el momento de expandir sus garras internacionalmente. De la noche a la mañana, no solo el audio ha sido el meme de moda en Francia, Reino Unido o Estados Unidos, sino que muchísimas personas se han puesto al día viendo los episodios y tratando de entender qué había llevado a esa reacción. Como prácticamente todos los memes actuales, el "¡Montoya, por favor!" nació en Twitter, creció en TikTok y murió en televisión de la mano de Whoopi Goldberg en el plazo de una semana. El 4 de febrero, a las 2 y cuarto de la mañana, Rafa, un onubense tuitero, posteó el clip de 2 minutos y 8 segundos comentando "La isla de las tentaciones está siendo CINE y Montoya es el goat". La cosa habría quedado ahí si no fuera porque este vídeo, a día de hoy, lleva 95 millones de reproducciones. Y es que, al día siguiente, la cuenta @PopCulture2000s, seguida por más de dos millones de usuarios, lo reposteó, añ

Feb 11, 2025 - 17:10
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Cómo dos minutos de Telecinco han sido vistos por cientos de millones de personas: "¡Montoya, por favor!" esconde muchas más enseñanzas que un simple meme

Cómo dos minutos de Telecinco han sido vistos por cientos de millones de personas: "¡Montoya, por favor!" esconde muchas más enseñanzas que un simple meme

La gente quiere ver en televisión emociones que se sientan como verdaderas, aunque estas sean obviamente falsas. Por eso triunfan tanto los 'Gran Hermano' donde se gritan y sufren por amores de una semana, y los 'Supervivientes' que, tres días después de llegar, ya quieren irse porque echan de menos a su familia: son sentimientos fingidos (o, cuando poco, exagerados) para atraer a la audiencia, pero, a estas alturas, Telecinco tiene un máster en mostrar el punto justo de drama entre la realidad y la parodia, lo justo para que el público se lo crea y empatice, pero nunca se lo tome demasiado en serio.

En este contexto es donde entra 'La isla de las tentaciones', la sublimación del estilo Mediaset de contar historias. No importa si lo que pasa en esa isla es verdad o mentira, si tiene guion o no, o si cada temporada es absolutamente igual que la anterior, incluso repitiendo las mismas frases hechas: tiene un público cautivo deseoso de ver, más que morbo y carnaza, reacciones más o menos genuinas de sus concursantes. Porque, a estas alturas (y presuponiendo que no hay un guion preestablecido), nadie entra a un programa como este sin saber lo que va a pasar, y probablemente tiene sus airados gritos y desgarros ensayados delante del espejo del baño en casa. Y, quizá así, se entienda un poco mejor el fenómeno internacional de Montoya.

Montoya, please!

No es que en Estados Unidos y el resto de países donde se ha hecho viral el "¡Por favor, Montoya!" sean ajenos al formato de 'La isla de las tentaciones'. 'Temptation Island', el reality original, nació en 2001 en el primer gran boom del género, entre polémicas de todo tipo. Sin embargo, supo sobreponerse a las mismas y, de hecho, se vendió a más de veinte países (en algunos de ellos, de hecho, como Argentina, Brasil o México, se emite actualmente en Prime Video), entre los que se encontraba España, donde Francine Gálvez abrió la senda con el mítico 'Confianza ciega' de Antena 3.

Sin embargo, hay algo que separa 'La isla de las tentaciones' española del resto de formatos. Mientras que en Reino Unido o Francia los concursantes llevan el duelo por dentro y muestran lágrimas escondidas y emociones reales (y, por tanto, aburridas) ante la infidelidad de sus parejas, en España, sabiamente, hemos sabido convertirlo en un teatro, un cuadro expresionista en el que los concursantes le gritan a una tablet, se desnudan, corren a la playa, gritan cosas como "¡Me has reventado por dentro!" y, después, vuelven a su villa para bailar un reggaeton lento con su amante. No es natural, no es real, es una exageración pura continua, pero triunfa por ser perfectamente consciente de su condición.

Y, por eso, cuando Montoya -que llevaba ya tiempo buscando la fama televisiva hasta que la ha encontrado- gritó delante de la tablet y salió corriendo por la playa perseguido por Sandra Barneda en búsqueda de su novia, Anita, que en aquel momento se estaba beneficiando a Manuel, su querido, dos cosas estaban claras en la cabeza de todo el mundo. La primera, que este sentimiento era verdadero. Tenía que serlo, porque todos creemos que reaccionaríamos así si viéramos a nuestra pareja poniéndonos los cuernos (en lugar de parados e incapacitados para hacer nada más que llorar). La segunda, que en ese mismo momento 'La isla de las tentaciones' había devuelto al público a una Telecinco que no se ve como telebasura o morbo, sino como algo mucho más importante: real.

Por Favor

You're going to regret this!

Por más éxito que puedan tener programas como 'Pasapalabra', 'La Revuelta' o 'El Hormiguero', nunca podrán tener la viralidad de un buen chisme. Porque, en el fondo, el "¡Por favor, Montoya!" es la versión agrandada y televisada de un buen "¿Te has enterado de que...?" junto a la máquina del café. Si ya en su día España entera se volcó con un "¡Estefanía!" que incluso sonó en los Goya, ahora ha llegado el momento de expandir sus garras internacionalmente. De la noche a la mañana, no solo el audio ha sido el meme de moda en Francia, Reino Unido o Estados Unidos, sino que muchísimas personas se han puesto al día viendo los episodios y tratando de entender qué había llevado a esa reacción.

Como prácticamente todos los memes actuales, el "¡Montoya, por favor!" nació en Twitter, creció en TikTok y murió en televisión de la mano de Whoopi Goldberg en el plazo de una semana. El 4 de febrero, a las 2 y cuarto de la mañana, Rafa, un onubense tuitero, posteó el clip de 2 minutos y 8 segundos comentando "La isla de las tentaciones está siendo CINE y Montoya es el goat". La cosa habría quedado ahí si no fuera porque este vídeo, a día de hoy, lleva 95 millones de reproducciones. Y es que, al día siguiente, la cuenta @PopCulture2000s, seguida por más de dos millones de usuarios, lo reposteó, añadiendo "Esto es CINE... Montoya... la tensión... no necesitas hablar español para entenderlo, esto es una locura".

Montoya2

A partir de ahí, se desató la mejor campaña publicitaria que Telecinco no puede pagar. Todos los equipos de la NBA -sin excepción- subieron a TikTok vídeos de sus jugadores saliendo al campo con el audio de fondo, cada productora de cine y empresa de comida rápida encontró la manera de versionarlo a su manera, e incluso Eurovisión o Roland Garrós acabaron metidos de lleno en la tendencia. "¡Montoya, por favor!" ya no eran solo dos minutos de Telecinco que se recordarían al hacer una lista de mejores momentos de 'La Isla de las Tentaciones': se había convertido en historia de la televisión internacional por mérito propio.

Cientos de millones de personas han cumplido el sueño de Montoya: ser conocido, sea como sea. Si es agarrándose el pantalón corto con nerviosismo y gritando a una televisión "¡Te vas a arrepentir toda tu vida!", pues que así sea. Puede que no haya premio en metálico al salir de esa isla, pero el muchacho se ha asegurado, de manera totalmente no pretendida, el futuro a años vista. Cuando esto termine entrará en nómina de los famosos Mediaset, hará paseo por platós, será estrella invitada en discotecas y fiestas de todo tipo, quizá incluso haga apariciones internacionales y, por supuesto, tendrá asegurada su presencia en varios realities de la casa. ¿Alguien duda de que Montoya ya es, mientras escribo este texto, un próximo concursante de 'Supervivientes'?

Hay muchas lecciones que aprender de estos dos minutos de drama. La primera, que no hay que dar nunca por muerta a Telecinco, porque, si quiere, sabe perfectamente qué clavijas mover para crear esa extraña mezcla entre morbo, comedia, drama y vergüenza ajena con la que ha enganchado a sus fieles durante tantos años. La segunda, que los movimientos populares en Internet son imposibles de predecir. Y la tercera, que no importa la dignidad que algunos le queramos dar al género de los realities con programas como 'Traitors', 'Survivor' o '¿Quién es el topo?'. Al final, nos guste más o menos, hay que aceptar que no hay nada que pueda con una camisa rota, un grito al aire, un corazón destrozado en directo y una carrerita por la playa para interrumpir un coito a medias. Si lo piensas bien, es de cajón.

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La noticia Cómo dos minutos de Telecinco han sido vistos por cientos de millones de personas: "¡Montoya, por favor!" esconde muchas más enseñanzas que un simple meme fue publicada originalmente en Espinof por Randy Meeks .