'Capitán América 4' no es muy valiente ni muy nueva, pero funciona como evasión y suma más contenido al Universo Marvel
Cuando Marvel Studios arrancó su Saga del Multiverso con 'Viuda Negra' en pleno reinado de un Bob Chapek que siempre priorizó la cantidad sobre la calidad, el MCU entró en una dinámica de bombardeo de novedades que espació los 11 largometrajes estrenados hasta la fecha una media de tres meses y medio, siendo el hiato transcurrido entre 'The Marvels' y 'Deadpool y Lobezno', de 259 días, el más. largo hasta la fecha. Esta dinámica, que invitó a la saturación de buena parte del público, también potenciada por el notable descenso de calidad y cuidado en las producciones de La casa de las ideas post Saga del Infinito, prometió cambiar después del regreso a Disney de Bob Iger, cuyo estandarte empresarial es , precisamente, el opuesto absoluto al de su predecesor: menos es más. En Espinof Todas las películas y series de Marvel que tienes que ver antes de 'Capitán América: Brave New World' Una vez más, el lapso temporal entre la tercera aventura del Mercenario Bocazas y 'Capitán América: Brave New World' ha sido suficiente —de 203 días para ser exactos— como para invitar a pensar en la potencial resurrección del Universo Cinematográfico de Marvel. Desgraciadamente, la cinta dirigida por Julius Onah es lo peor que podría haber sido: una que ni está bien, ni está mal y que, simple y llanamente, existe. Ni bien, ni mal, sino todo lo contrario No voy a negar que he llegado a este punto con el interés superheróico bajo mínimos, pero este punto de partida, sumado a mis bajas expectativas, ha terminado siendo extrañamente positivo; permitiéndome disfrutar considerablemente de un par de horas con el cerebro completamente desconectado y con el piloto automático encendido, lo cual , visto lo visto, es muy de agradecer en pleno 2025. Esto no significa que 'Brave New World' no esté plagada de alguno de los problemas comunes que llevan afectando a las películas marvelitas desde hace más tiempo del recomendable. Por ejemplo, no sorprende que su acabado visual sea, cuando menos, descafeinado y no haga relucir los 180 millones de presupuesto con los que ha contado, ni es de extrañar que sus escenas de acción estén coreografiadas, planificadas y montadas de un modo tan genérico como caótico. Pero el gran palo en la rueda de la nueva 'Capitán América' no está relacionado —al menos no directamente— con la infinidad de reshoots que se han hecho desde que finalizó su fotografía principal para ir parcheando el desaguisado. Su gran sambenito es el modo en que no transmite la sensación de ser un largometraje con cara y ojos, sino puro —y duro— contenido; de ese que pones de fondo mientras haces la cena y puedes seguir hilando aunque no le estés haciendo demasiado caso. Esto puede percibirse claramente, además de en su factura de directo a streaming —el uso de la profundidad de campo combinada con la iluminación plana de estudio en exteriores daría para un texto bien extenso por sí solo—, por su guión confeccionado a base de plantilla, por sus diálogos cargados de sobreexplicaciones y verbalizaciones constantes —el subtexto, directamente, no existe—, por sus conflictos de A-B-C y por sus giros subrayados ad nauseam mediante exposición oral. Cualquier otro tipo de género hubiese sido menos severo con estas fallas, pero 'Brave New World' juega en el terreno del thriller político de manual y, como tal, no da la talla. Y no es porque Marvel no haya demostrado que pueda jugar a ser Tom Clancy, porque su fantástica 'Capitán América: El soldado de Invierno', con sus concesiones para hacerla más accesible para todos los públicos, continúa siendo una de las mejores entregas de la franquicia con diferencia. En Espinof "Nunca leo, nunca veo y nunca pregunto por las reacciones". Anthony Mackie, el Capitán América de la próxima película de Marvel A esto habría que sumar su tibieza y "bienquedismo" tratándose de un título en el que la política estadounidense tiene un peso específico. Los remiendos que se han ido haciendo sobre el material original para no molestar a nadie más de la cuenta ajustándose a la realidad sociopolítica son más que perceptibles —y muchos de ellos tremendamente inefectivos— y, bajo mi humilde punto de vista, este planteamiento hace imposible confeccionar una obra sólida, con carácter y atractivo más allá del espectáculo ruidoso y hueco. Llegados a este punto, ¿qué hacemos con Marvel? Honestamente, creo que la única vía de escape posible a esta dinámica —veremos si los Cuatro Fantásticos obran el milagro— es que el estudio encuentre a un nuevo capitán de barco valiente, con una visión clara y que no tema en proyectar sus filias en pantalla. Porque está claro que lo de centrarse en seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro confiando en el impacto mediático, a nivel creativo y estrictamente cinematográfico, no est

Cuando Marvel Studios arrancó su Saga del Multiverso con 'Viuda Negra' en pleno reinado de un Bob Chapek que siempre priorizó la cantidad sobre la calidad, el MCU entró en una dinámica de bombardeo de novedades que espació los 11 largometrajes estrenados hasta la fecha una media de tres meses y medio, siendo el hiato transcurrido entre 'The Marvels' y 'Deadpool y Lobezno', de 259 días, el más. largo hasta la fecha.
Esta dinámica, que invitó a la saturación de buena parte del público, también potenciada por el notable descenso de calidad y cuidado en las producciones de La casa de las ideas post Saga del Infinito, prometió cambiar después del regreso a Disney de Bob Iger, cuyo estandarte empresarial es , precisamente, el opuesto absoluto al de su predecesor: menos es más.
Una vez más, el lapso temporal entre la tercera aventura del Mercenario Bocazas y 'Capitán América: Brave New World' ha sido suficiente —de 203 días para ser exactos— como para invitar a pensar en la potencial resurrección del Universo Cinematográfico de Marvel. Desgraciadamente, la cinta dirigida por Julius Onah es lo peor que podría haber sido: una que ni está bien, ni está mal y que, simple y llanamente, existe.
Ni bien, ni mal, sino todo lo contrario
No voy a negar que he llegado a este punto con el interés superheróico bajo mínimos, pero este punto de partida, sumado a mis bajas expectativas, ha terminado siendo extrañamente positivo; permitiéndome disfrutar considerablemente de un par de horas con el cerebro completamente desconectado y con el piloto automático encendido, lo cual , visto lo visto, es muy de agradecer en pleno 2025.
Esto no significa que 'Brave New World' no esté plagada de alguno de los problemas comunes que llevan afectando a las películas marvelitas desde hace más tiempo del recomendable. Por ejemplo, no sorprende que su acabado visual sea, cuando menos, descafeinado y no haga relucir los 180 millones de presupuesto con los que ha contado, ni es de extrañar que sus escenas de acción estén coreografiadas, planificadas y montadas de un modo tan genérico como caótico.
Pero el gran palo en la rueda de la nueva 'Capitán América' no está relacionado —al menos no directamente— con la infinidad de reshoots que se han hecho desde que finalizó su fotografía principal para ir parcheando el desaguisado. Su gran sambenito es el modo en que no transmite la sensación de ser un largometraje con cara y ojos, sino puro —y duro— contenido; de ese que pones de fondo mientras haces la cena y puedes seguir hilando aunque no le estés haciendo demasiado caso.

Esto puede percibirse claramente, además de en su factura de directo a streaming —el uso de la profundidad de campo combinada con la iluminación plana de estudio en exteriores daría para un texto bien extenso por sí solo—, por su guión confeccionado a base de plantilla, por sus diálogos cargados de sobreexplicaciones y verbalizaciones constantes —el subtexto, directamente, no existe—, por sus conflictos de A-B-C y por sus giros subrayados ad nauseam mediante exposición oral.
Cualquier otro tipo de género hubiese sido menos severo con estas fallas, pero 'Brave New World' juega en el terreno del thriller político de manual y, como tal, no da la talla. Y no es porque Marvel no haya demostrado que pueda jugar a ser Tom Clancy, porque su fantástica 'Capitán América: El soldado de Invierno', con sus concesiones para hacerla más accesible para todos los públicos, continúa siendo una de las mejores entregas de la franquicia con diferencia.
A esto habría que sumar su tibieza y "bienquedismo" tratándose de un título en el que la política estadounidense tiene un peso específico. Los remiendos que se han ido haciendo sobre el material original para no molestar a nadie más de la cuenta ajustándose a la realidad sociopolítica son más que perceptibles —y muchos de ellos tremendamente inefectivos— y, bajo mi humilde punto de vista, este planteamiento hace imposible confeccionar una obra sólida, con carácter y atractivo más allá del espectáculo ruidoso y hueco.
Llegados a este punto, ¿qué hacemos con Marvel? Honestamente, creo que la única vía de escape posible a esta dinámica —veremos si los Cuatro Fantásticos obran el milagro— es que el estudio encuentre a un nuevo capitán de barco valiente, con una visión clara y que no tema en proyectar sus filias en pantalla. Porque está claro que lo de centrarse en seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro confiando en el impacto mediático, a nivel creativo y estrictamente cinematográfico, no está yendo demasiado bien.
En Espinof | Las películas más esperadas de 2025
-
La noticia
'Capitán América 4' no es muy valiente ni muy nueva, pero funciona como evasión y suma más contenido al Universo Marvel
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Víctor López G.
.