Los premios en España sí que sirven para algo
Los Premios Zenda fueron creados para reconocer la labor literaria, editorial y el fomento de la lectura. El 14 de enero se entregaron a los diez ganadores sus galardones en Madrid. Todavía quedaba un epílogo por celebrar: una charla en el Espacio Fundación Telefónica con varios de los periodistas que formaron parte del jurado para comentar sobre el valor y el significado de los premios literarios. La entrada Los premios en España sí que sirven para algo aparece primero en Zenda.

Foto de portada: Arturo Pérez-Reverte, Chema Alonso, Álvaro Colomer, Santos Sanz Villanueva, Nuria Azancot, Jesús García Calero y Laura Barrachina. (Cortesía de Fundación Telefónica. Fotografías de Javier Arias)
Se ha hecho viral en las redes sociales un vídeo de Fernando Fernán Gómez —en la segunda edición de los premios Goya, en 1988— en el que asegura, con humor, que “los premios en España no sirven para nada”. Cuando un debutante, Juan Eslava Galán, le arrebató el Planeta —que el actor pensaba que era suyo durante toda la velada previa al anuncio del ganador—, no pensó lo mismo ni estaba para risas. Los premios son importantes cuando los ganamos y dejan de serlo cuando no somos nosotros los galardonados. Y también nos comportamos de forma diferente a la hora de evaluar la calidad del reconocimiento en función de nuestro papel en la gala: Juan Marsé reprochó, siendo miembro del jurado del Premio Planeta, la “insuficiente calidad literaria y el bajo nivel, casi subterráneo” de las obras de cierta edición, pero aceptó su galardón, unos años antes, por “la que seguramente sea su peor novela” —Santos Sanz Villanueva dixit—, La muchacha de las bragas de oro, sin ningún aspaviento. Han pasado ya muchos años desde que la novela Nada obtuvo el Nadal, pero la reacción de César González Ruano al enterarse de que el premio que esperaba para él se lo había llevado una joven desconocida, Carmen Laforet, todavía tiene vigencia en nuestros días: “¿Es que no sabes que los premios hay que dárselos a los amigos?”, le recriminó enojado a Ignacio Agustí.
Chema Alonso, CDO (Chief Digital Officer) de Telefónica, fue el encargado de dar la bienvenida a los casi 170 asistentes —que agotaron las entradas para este evento en unas pocas horas— a la charla. Alonso reivindicó el objetivo del Espacio Fundación Telefónica de “acercar la cultura a la ciudadanía: hablando de cómics, de música, de literatura… Tener aquí un acto en el cual vamos a hablar de premios literarios es fantástico”.
Después de la intervención de Chema Alonso, fue el turno de Arturo Pérez-Reverte, cofundador de Zenda, que destacó el éxito de la primera edición de los Premios Zenda: “Un evento en el que logramos —el equipo y los amigos de Zenda— lo que no se consigue en este país: juntar en un mismo espacio a gente de derechas y de izquierdas, políticos de todo signo, autores de prestigio y otros que no son tan conocidos. La charla de hoy es una secuela de ese éxito. Una conversación sobre la utilidad de los diferentes premios literarios, y también sobre sus diferentes clases: comerciales, pactados, limpios… Éste es un debate muy interesante porque en España hay muchos premios, pero no se habla tanto de cómo se cocinan”.

Chema Alonso

Arturo Pérez-Reverte
Álvaro Colomer fue el moderador de este evento y el encargado de repartir juego entre los invitados: Nuria Azancot, redactora jefe de El Cultural de El Español, Laura Barrachina, periodista cultural que ha estado al frente de El ojo crítico, Jesús García Calero, director de ABC Cultural, y Santos Sanz Villanueva, catedrático de literatura y crítico en Zenda y El Cultural; todos ellos formaron parte del jurado de los Premios Zenda 2023-2024. Colomer comenzó su intervención preguntado sobre el significado de los premios. Calero fue el primero en responder: “Los premios son un hito en la conversación cultural. Sirven para señalar nombres que en ocasiones no hemos escuchado antes, en otras sí, y también para repartir un dinerito. Sobre todo, son excusas informativas para que se hable de libros”. Después del director de ABC Cultural, fue Nuria Azancot quien dio su respuesta a la pregunta del presentador: “Los premios sirven para dar visibilidad y prestigio a los autores y también a las instituciones que los conceden, porque en ocasiones las organizaciones se premian a sí mismas. Cuando Arthur Miller recibe el Premio Príncipe de Asturias, también lo obtiene la institución. Lo mismo ocurrió cuando el Planeta se lo dieron a Mario Vargas Llosa: el premio se dio un baño de credibilidad y prestigio”. Santos Sanz Villanueva insistió en ese concepto: “Hay premios que buscan un galardonado de nivel para hacer propaganda del certamen. Al buscar hace unos días papeles sobre el cincuentenario de la publicación de Mortal y rosa, de Francisco Umbral, recordé que cuando le dieron el Nadal por Las ninfas un periódico de Barcelona tituló: Al Nadal le han dado el Premio Umbral“. Por su parte, Laura Barrachina comentó: “Un buen jurado —su variedad, su recorrido— es el que le da validez a un premio. En Zenda se arriesgaron para que tuviéramos la libertad absoluta a la hora de votar y de elegir”.

Álvaro Colomer

Jesús García Calero

Nuria Azancot
Colomer siguió proponiendo temas y los invitados no rehuyeron ninguna polémica en sus turnos de respuesta. El coordinador de Zenda destacó que España es el país que más premios da a obra inédita; hay más de 1200. Este dato nos hace singulares en el mundo literario. No hay ningún otro país que premie tantos libros no publicados. Santos realizó un interesante apunte sobre lo que está ocurriendo en España al abrir la participación por Internet: “Hay premios que han pasado de 300 a 700 manuscritos. Ya no hay que hacer fotocopias, preparar un sobre y mandarlo. Es más fácil. Y también se suma un mayor número de escritores hispanoamericanos, sobre todo los cubanos, que antes no podían participar porque el coste era prohibitivo para ellos. Esto está planteando un problema: el prejurado —las personas que filtran siete u ocho obras de entre todas las presentadas para los miembros del jurado— no puede cribar tantas propuestas“. Barrachina destacó que “es necesario defender el premio comercial porque cumple su papel en el mundo editorial. Todos sabemos que los premios Planeta son un divertimento”. En oposición al comercial, Calero sacó a relucir los problemas de los premios institucionales: “En los premios nacionales hay una diversidad de cara a la galería: de lobbies, asociaciones, academias… pero que está muy dirigida. Hay representaciones elegidas con los aires de los tiempos. Eso no te asegura una mayor justicia, una mayor objetividad. En algunos de esos premios hay gente en el jurado que ni siquiera es aficionada a leer“. Azancot, al respecto de lo apuntado por Barrachina, valoró también positivamente los premios comerciales y recordó que “sin los premios comerciales no habríamos conocido a Almudena Grandes, que ganó el Sonrisa Vertical y tuvo un éxito asombroso con un libro —Las edades de Lulú— muy bien escrito y osado. Un caso parecido al de José Ángel Mañas, que ni siquiera ganó el Premio Nadal, fue finalista, y no nos acordamos del vencedor porque Historia del Kronen fue un retrato generacional de tal fuerza que hoy, veinticinco años después, seguimos hablando de él”.

Santos Sanz Villanueva

Laura Barrachina

Íñigo Audibert, Leandro Pérez Miguel, Arturo Pérez-Reverte y Chema Alonso

María José Solano
Poco antes del turno de preguntas de los asistentes, Colomer les señaló a los miembros del jurado de los Premios Zenda que estaban hablando, sobre todo, de premios de hace veinte años, y les preguntó qué había cambiado desde entonces. La respuesta de Calero fue escueta, pero esclarecedora: “Ahora todo se ha vuelto más canalla”. Azancot relató cómo fue el proceso de elección de los Premios Zenda —del que todos los ponentes destacaron su transparencia y total libertad— y subrayó: “La cancelación no puede ser un criterio de elección en ningún caso”.
Casi al final de la charla, llegó a la mesa de debate un premio que no es español, pero del que siempre nos gusta debatir, el Nobel. Calero definió los reconocimientos de la academia sueca como “una gran operación de marketing a nivel mundial”, y continuó diciendo: “Ha habido nobeles que me han llegado al corazón, entregados a autores que no conocía, como Szymborska, y que me permitieron conocer a una poeta impresionante. Y también otras ocasiones en que no puedes entender lo que ha hecho el jurado”. El director de ABC Cultural formuló una cuestión importante: “¿Está haciendo algo España para tener un nuevo Nobel?”. Él mismo dio la respuesta: “No se está haciendo nada. Sin una promoción del gobierno esto no va a ocurrir. No se va a dar nunca el Nobel a un autor que no esté traducido al sueco, a un escritor que nunca haya ido por allí”. En ese momento, Arturo Pérez-Reverte intervino desde las primeras filas: “Lo que Jesús ha defendido tiene un nombre y un apellido: Javier Marías. Él tenía la vitola perfecta para ser un Nobel. No hubo ningún gobierno español, ni de izquierdas ni de derechas, que hiciera el menor intento por conseguirlo. Marías era nuestro Premio Nobel“.
El Espacio Fundación Telefónica cerró sus puertas y nos permitió dar por concluidos los Premios Zenda 2023-2024. Comienza ahora una nueva etapa, ilusionante, la de empezar a moldear la segunda edición de unos galardones, que en palabra de Arturo Pérez-Reverte “se crearon para intentar que sean los Goya de la literatura”.
VÍDEO: PREMIOS ZENDA ¿PARA QUE SIRVEN LOS PREMIOS? (ESPACIO FUNDACIÓN TELEFÓNICA)
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Fotos del reportaje: Cortesía de Fundación Telefónica. Fotografías de Javier Arias
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