Explosión turística de Laponia en apenas 4 años
Rovaniemi es una pequeña ciudad finesa que no llega a los setenta mil habitantes. Era un lugar muy poco conocido y, desde luego, casi carente de turismo hace apenas cinco años. Hoy tiene en invierno 41 vuelos directos, a los que añadir los que van a localidades cercanas. El aumento en apenas dos años ha […]

Rovaniemi es una pequeña ciudad finesa que no llega a los setenta mil habitantes. Era un lugar muy poco conocido y, desde luego, casi carente de turismo hace apenas cinco años. Hoy tiene en invierno 41 vuelos directos, a los que añadir los que van a localidades cercanas. El aumento en apenas dos años ha sido de un 400 por ciento, completamente apabullante.
El leit motiv del turismo masivo es Papá Noel o Santa, como le suelen llaman también. Además, por supuesto, la nieve y la aurora boreal son también motivos para captar viajeros.
Por supuesto, este boom brutal del turismo ha supuesto una revolución económica, pero ha creado sus problemas, como suele suceder en casi todos los lugares en los que sucede: los precios se han disparado y no hay viviendas para los residentes, además de carencias de personal. Nada desconocido en otros lugares pero que en este caso tiene el añadido de la rapidez con la que se ha producido este fenómeno.
En diciembre de este año pasado los ingresos subieron más de un 30 por ciento respecto al año anterior y el precio medio de una habitación hotelera es de 370 euros, precio astronómico donde se lo mire. Hay días en los que llegan 10 mil personas al pequeño aeropuerto, con lo que en una semana accede la misma población de la ciudad y sus alrededores. La satisfacción sigue siendo alta, pero sobre todo porque el producto es original.