Air Europa y Sánchez se salvarían con estas pruebas
El rescate público a Air Europa y el papel del presidente Pedro Sánchez necesitan de pruebas más concluyentes para una posible condena a ambos. Aunque el sentir social crea más que demostrado el trato de favor, el mundo jurídico opera con otras normas (Rescate de Air Europa: el juez Peinado no cede). Llamadas a Begoña […]

El rescate público a Air Europa y el papel del presidente Pedro Sánchez necesitan de pruebas más concluyentes para una posible condena a ambos. Aunque el sentir social crea más que demostrado el trato de favor, el mundo jurídico opera con otras normas (Rescate de Air Europa: el juez Peinado no cede).
Llamadas a Begoña al poco de aprobarlo; visitas de esta al despacho de Javier Hidalgo; Ábalos, Koldo y Aldama entregados y engrasados para facilitarlo, probablemente no basten como evidencias para incriminar a los máximos responsables de la ayuda estatal.
Lo que es conocido hasta la fecha es la relación estrecha entre las partes, pero faltan documentos que acrediten explícitamente algún amaño. El cúmulo de indicios puede hacer que para muchos sea obvio el conchabamiento, pero los tribunales reclaman más concreción.
El funcionamiento judicial permite elevar a otras instancias cualquier sentencia, para lo cual se requiere de un incuestionable armazón de pruebas. Una cosa es el deseo de muchos de tumbar a Pedro Sánchez, pero otra la realidad de lo aparecido hasta ahora.
Lo descubierto, no obstante, sí sería más que de sobra en cualquier democracia para retirar a su responsable de cualquier cargo público, con todo su círculo familiar y profesional investigado y con pruebas sí que más concluyentes. Pero aquí, el 'manual de resistencia' diferencia si un mismo hecho lo comete el rival, o si lo hace uno mismo.
En el caso de Air Europa, en el momento que apareciese algo que dejase constancia inequívoca del trato de favor, entonces sí que sería difícil de salvar la papeleta para benefactor y beneficiario. Sin embargo, por mucho que la realidad apunte a que haya podido ser así, los implicados no son tontos, y será muy difícil de encontrar una prueba que tan explícitamente lo acredite.