Un Boeing 737 de Ryanair, 2 días en tierra por un gato

La tripulación de un Boeing 737 de Ryanair, con base en el aeropuerto romano de Fiumicino, entró al avión para iniciar el primer vuelo del día. Mientras hacían sus cosas, oyeron el maullido de un gato. Un rato después, otra vez. Por el sonido lo localizaron en una zona de equipamientos eléctricos. Incluso le sacaron una foto con un teléfono. Pero el gato se negaba a salir.

Hubo que llamar a los ingenieros de la compañía para desarmar los paneles que permitían el acceso a la zona, pero pese a ello, el gato permaneció oculto. Tuvieron que cambiar el avión para los primeros vuelos porque, pasadas unas horas, no sólo era necesario sacar al gato sino también comprobar si había habido daños.

Finalmente, se abrieron las puertas del avión y, dejando todo en calma, el gato terminó por abandonar el avión.

Pero aún hubo que comprobar los daños, que prácticamente fueron nulos, lo que no evitó que fueran necesarios dos días con el 737 en tierra para comprobar el normal funcionamiento del cableado en las zonas delicadas en las que se había escondido el felino.

Las fotografías publicadas en Facebook muestran al animal escondido entre los cables, su salida por la escalerilla y un posterior intento para volver al avión, que fue impedido por el cierre de la puerta.