¿Se puede enseñar entre tanto informe? Por qué los docentes se quejan de carga burocrática

El oficio de los docentes se mueve entre dos mundos distintos, que no siempre son fáciles de conciliar. El propósito principal es atender al alumnado pero también se deben atender cuestiones administrativas como rendir cuentas del trabajo realizado. La entrada ¿Se puede enseñar entre tanto informe? Por qué los docentes se quejan de carga burocrática se publicó primero en Ethic.

Feb 20, 2025 - 15:21
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¿Se puede enseñar entre tanto informe? Por qué los docentes se quejan de carga burocrática

El oficio de los docentes se mueve entre dos mundos distintos, que no siempre son fáciles de conciliar. Por un lado, el propósito principal del profesorado está en atender al alumnado, acercarle a la cultura y responder a sus necesidades de crecimiento.

Por otro lado, esta tarea se lleva a cabo en un contexto institucional: la escuela. Esto significa que se deben atender cuestiones administrativas como rendir cuentas del trabajo realizado o compartir la planificación de lo que se va a hacer en el aula.

Ahora bien, de todas las tareas burocráticas, ¿cuáles son imprescindibles? ¿Y cuáles dificultan las tareas docentes?

Informes, actas y evaluaciones

Entre otras tareas administrativas, el profesorado debe entregar informes periódicamente, elaborar programaciones y actas detalladas de las numerosas reuniones semanales, preparar las autorizaciones de los familiares y mantener actualizadas las evaluaciones y los perfiles de todo su alumnado.

Por ejemplo, uno de los profesores a los que entrevistamos en una reciente investigación resumía el desbordamiento que vive en su práctica docente con las programaciones y evaluación de sus estudiantes de la siguiente manera:

«Las programaciones están divididas en distintos apartados, hay una secuenciación temporal de las unidades didácticas. Luego esas unidades se asocian a unos contenidos y esos contenidos a unos estándares de aprendizaje. Pues esos estándares llegan a un nivel de concreción tan grande que es imposible… En primero de secundaria en Historia hay ciento cincuenta estándares. Se supone que uno tiene que analizar a cada alumno de cada uno de esos estándares que hay en el decreto. Así que intentar evaluar todos esos estándares te resulta una tarea imposible de llevar a la práctica».

El horario laboral no lectivo del profesorado es insuficiente, y hemos comprobado en distintas escuelas que se ha normalizado el hecho de que se deba atender a gran parte de estas tareas fuera del horario laboral.

Una tensión cotidiana

No es casual, en este contexto, que en los equipos directivos de los institutos que hemos visitado en la investigación hayan solicitado como principal necesidad para su profesorado el desarrollo de cursos sobre el uso de las plataformas administrativas o en el uso de la inteligencia artificial para ganar en eficiencia en estas tareas.

En otro estudio, acompañé durante varios meses a un profesor de un instituto de Andalucía. Y me sobrecogió la continua tensión que vivía en sus clases. Por un lado, veía las necesidades de sus estudiantes, su contexto y momento vital, que demandaban una enseñanza concreta. Las clases le exigían preparar materiales, contenidos, espacios…

Pero, al mismo tiempo, este profesor se sentía abrumado por las interminables demandas administrativas que debía completar para pasado mañana.

Reducir la carga administrativa

A la luz de lo que plantean nuestras investigaciones, la reducción de la carga administrativa del profesorado resulta una necesidad. Para esto debemos acudir a la pedagogía del decrecimiento, reduciendo las exigencias de productividad en el currículum y las demandas de la administración para dar más tiempo a los procesos del alumnado.

Esto tiene muchas concreciones sencillas y de bajo coste económico. Por ejemplo:

  1. No obligar a celebrar por normativa efemérides si no encajan en el proyecto educativo y las necesidades del alumnado. En Andalucía, entre otras, se debe celebrar y generar toda la documentación pertinente sobre el Día de la Bandera, el Día de la Paz, el Día del Flamenco, el Día de Andalucía, y el Día de la Mujer.
  2. Suprimir o reducir al mínimo necesario las evaluaciones externas de resultados académicos.
  3. Simplificar la estructura curricular, que actualmente se sostiene en un complejo entramado de muy diversos elementos, de saberes básicos a criterios de evaluación.

 

Al final, se trata de articular un sistema administrativo que facilite al profesorado las tareas burocráticas y le deje tiempo para formarse en su oficio, preparar las clases y, sobre todo, dedicarse al cuidado pedagógico de niños y niñas.

Se trata, además, de un cambio que supone pocos gastos para la administración educativa y sobre el que podemos encontrar un amplio consenso en la comunidad escolar. Si realmente nos preocupa el derecho a la infancia y la adolescencia de nuestros jóvenes, no es baladí ni un capricho exigir para nuestros docentes una profesión liberada de prácticas gerenciales.


Diego Martín Alonso es profesor de Didáctica y Organización Escolar, Universidad de Málaga. Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

The Conversation

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