Creo que 'A Complete Unknown' podría ser un biopic musical más. Pero James Mangold, a diferencia del resto del género, tiene algo que contar

Reconozco que aborrezco con todo mi corazón la fórmula del biopic tradicional. Me da igual si habla de Queen, de Amy Winehouse o de Herman J. Mankiewicz: la mayoría de historias se limitan a seguir la Wikipedia, a maquillar bien a los intérpretes en una colección de imitaciones entre la excelencia y Carlos Latre y a contarnos una historia de superación donde se tiende a engrandecer a sus protagonistas y que siempre terminan con un texto final que se une, de alguna manera, con la actualidad. Aunque algunos han tratado de romper con todo ('Weird: la historia de Al Yankovic', 'Blonde', 'Oppenheimer'), Hollywood siempre vuelve a los esquemas clásicos. Es inevitable. The answer is blowin' in the wind Es normal tener miedo ante 'A complete unknown', un biopic de los primeros años de Bob Dylan con un Timothée Chalamet que prácticamente ha calcado las expresiones y la manera de hablar del cantante y que, a priori, no tiene nada nuevo que ofrecer en el género. Y así habría sido en manos de otro director más preocupado por ser simplemente funcional, pero James Mangold sabe muy bien lo que está haciendo. No es una biografía al uso más: es un ejemplo a seguir, un estudio de personaje, un modelo para los que vengan después. A Mangold no le interesa simplemente narrar la vida de Bob Dylan, siguiéndole a lo largo de los discos, los amores y los éxitos. Hay algo de eso, claro, pero en realidad es la excusa para delinear a un personaje obsesionado consigo mismo, sus canciones y su genialidad, un ególatra con infinito talento al que no le importan ni los sentimientos ni la opinión del resto de la humanidad, ni para bien ni para mal. Todo debe ocurrir cuando y como él diga, pasando de la humildad del recién llegado que solo quiere conocer a su ídolo a la prepotencia de quien sabe que su nombre será coreado si deja de lado su evolución artística y se centra solo en complacer a su público fiel. En Espinof Las 22 mejores películas biográficas de la historia del cine Puede que los más fans de Dylan no salgan del todo contentos de 'A Complete Unknown', al igual que, por ejemplo, los de Queen no lo habrían hecho de 'Bohemian Rhapsody' si Bryan Singer hubiese dejado un poco de lado el carácter casi mesiánico de Freddie Mercury. La cinta de Mangold repasa todos los grandes éxitos de la primera etapa de Dylan, claro, desde 'Blowin' in the wind' hasta 'Like a rolling stone', pero rara vez los presenta como grandes éxitos ante el público, al estilo de aquella laudatoria (y felatoria) reconstrucción del concierto de Queen en el Live Aid de 1985. En su lugar, los muestra en su fase de composición, en ensayos, duetos improvisados o incluso como canciones que el propio Dylan se niega a cantar. Y es un retrato valiente, único y que realmente quiere contar algo sobre el mundo de la música, del arte y del ego. You're invisible now, you've got no secrets to conceal El Dylan de la película no tiene problemas en jugar con la gente (y con sus parejas románticas) si eso le lleva a poder mostrar su arte al mundo. Y no está dispuesto a aceptar un "no" por respuesta, sobre todo desde la primera vez que toca para Woody Guthrie en el hospital y este reacciona de manera enérgica. Solo le importa lo que pueda sacar de su guitarra, la evolución de su música, la crítica hacia un mundo cuyas injusticias siente como muy reales pero en el que, paradójicamente, se ha inventado su propia vida como modo de supervivencia. He leído varias críticas sobre 'A Complete Unknown' que la rechazan, precisamente, por jugar a lo fácil y tirar por el camino sencillo. Personalmente creo que es todo lo contrario: jugar a lo fácil habría sido contar su ascenso al estrellato, la exitosa grabación de sus discos, su éxito en la gira con Joan Baez, sus correspondientes escenas de amor y desamor bajo la lluvia, el ligero rechazo hacia su disco eléctrico y su posterior aceptación, consagrándose como un hito de la música. En su lugar, Mangold decide crear un tono mucho más real e iconoclasta. La película no tiene compasión con Dylan, y evita de manera consciente cualquier escena de amor con las mujeres que le acompañan: el artista siempre está en su propio mundo, utilizándolas como resorte de su propia genialidad o como alivio momentáneo, sin ningún tipo de empatía (excepto, quizá, en esa definitoria despedida en el puerto). De hecho, Joan Baez crece como personaje en el momento exacto en el que aprende a repudiarle. Es más: el rechazo a su versión eléctrica, que en cualquier otra cinta sería una anécdota, se convierte aquí en un thriller en su contra donde lo que menos importa es la música que suena de fondo frente a bajar el sonido de la mesa de mezclas antes de que el público encolerizado suba a incrustarle la guitarra en la cabeza. En Espinof Es uno de los mejores biopics musicales de los últimos años y acaba de estrenar

Mar 2, 2025 - 13:34
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Creo que 'A Complete Unknown' podría ser un biopic musical más. Pero James Mangold, a diferencia del resto del género, tiene algo que contar

Creo que 'A Complete Unknown' podría ser un biopic musical más. Pero James Mangold, a diferencia del resto del género, tiene algo que contar

Reconozco que aborrezco con todo mi corazón la fórmula del biopic tradicional. Me da igual si habla de Queen, de Amy Winehouse o de Herman J. Mankiewicz: la mayoría de historias se limitan a seguir la Wikipedia, a maquillar bien a los intérpretes en una colección de imitaciones entre la excelencia y Carlos Latre y a contarnos una historia de superación donde se tiende a engrandecer a sus protagonistas y que siempre terminan con un texto final que se une, de alguna manera, con la actualidad. Aunque algunos han tratado de romper con todo ('Weird: la historia de Al Yankovic', 'Blonde', 'Oppenheimer'), Hollywood siempre vuelve a los esquemas clásicos. Es inevitable.

The answer is blowin' in the wind

Es normal tener miedo ante 'A complete unknown', un biopic de los primeros años de Bob Dylan con un Timothée Chalamet que prácticamente ha calcado las expresiones y la manera de hablar del cantante y que, a priori, no tiene nada nuevo que ofrecer en el género. Y así habría sido en manos de otro director más preocupado por ser simplemente funcional, pero James Mangold sabe muy bien lo que está haciendo. No es una biografía al uso más: es un ejemplo a seguir, un estudio de personaje, un modelo para los que vengan después.

A Mangold no le interesa simplemente narrar la vida de Bob Dylan, siguiéndole a lo largo de los discos, los amores y los éxitos. Hay algo de eso, claro, pero en realidad es la excusa para delinear a un personaje obsesionado consigo mismo, sus canciones y su genialidad, un ególatra con infinito talento al que no le importan ni los sentimientos ni la opinión del resto de la humanidad, ni para bien ni para mal. Todo debe ocurrir cuando y como él diga, pasando de la humildad del recién llegado que solo quiere conocer a su ídolo a la prepotencia de quien sabe que su nombre será coreado si deja de lado su evolución artística y se centra solo en complacer a su público fiel.

Puede que los más fans de Dylan no salgan del todo contentos de 'A Complete Unknown', al igual que, por ejemplo, los de Queen no lo habrían hecho de 'Bohemian Rhapsody' si Bryan Singer hubiese dejado un poco de lado el carácter casi mesiánico de Freddie Mercury. La cinta de Mangold repasa todos los grandes éxitos de la primera etapa de Dylan, claro, desde 'Blowin' in the wind' hasta 'Like a rolling stone', pero rara vez los presenta como grandes éxitos ante el público, al estilo de aquella laudatoria (y felatoria) reconstrucción del concierto de Queen en el Live Aid de 1985. En su lugar, los muestra en su fase de composición, en ensayos, duetos improvisados o incluso como canciones que el propio Dylan se niega a cantar. Y es un retrato valiente, único y que realmente quiere contar algo sobre el mundo de la música, del arte y del ego.

You're invisible now, you've got no secrets to conceal

El Dylan de la película no tiene problemas en jugar con la gente (y con sus parejas románticas) si eso le lleva a poder mostrar su arte al mundo. Y no está dispuesto a aceptar un "no" por respuesta, sobre todo desde la primera vez que toca para Woody Guthrie en el hospital y este reacciona de manera enérgica. Solo le importa lo que pueda sacar de su guitarra, la evolución de su música, la crítica hacia un mundo cuyas injusticias siente como muy reales pero en el que, paradójicamente, se ha inventado su propia vida como modo de supervivencia.

He leído varias críticas sobre 'A Complete Unknown' que la rechazan, precisamente, por jugar a lo fácil y tirar por el camino sencillo. Personalmente creo que es todo lo contrario: jugar a lo fácil habría sido contar su ascenso al estrellato, la exitosa grabación de sus discos, su éxito en la gira con Joan Baez, sus correspondientes escenas de amor y desamor bajo la lluvia, el ligero rechazo hacia su disco eléctrico y su posterior aceptación, consagrándose como un hito de la música. En su lugar, Mangold decide crear un tono mucho más real e iconoclasta.

La película no tiene compasión con Dylan, y evita de manera consciente cualquier escena de amor con las mujeres que le acompañan: el artista siempre está en su propio mundo, utilizándolas como resorte de su propia genialidad o como alivio momentáneo, sin ningún tipo de empatía (excepto, quizá, en esa definitoria despedida en el puerto). De hecho, Joan Baez crece como personaje en el momento exacto en el que aprende a repudiarle. Es más: el rechazo a su versión eléctrica, que en cualquier otra cinta sería una anécdota, se convierte aquí en un thriller en su contra donde lo que menos importa es la música que suena de fondo frente a bajar el sonido de la mesa de mezclas antes de que el público encolerizado suba a incrustarle la guitarra en la cabeza.

¿Jugar a lo fácil? Solo en apariencia: 'A Complete Unknown' juega con las armas del biopic tradicional para ponerle la zancadilla. Y eso no significa que sea perfecta, ni mucho menos, pero sí supone un soplo de aire fresco en un mar de biopics que no tienen nada nuevo que contar, sabe cómo evolucionar a un personaje y tiene un director que sabe perfectamente cuál es su labor tras la cámara y cómo puede llevar el género al máximo sin traicionar sus directrices clásicas. En tiempos de cine aguado y realizado por un comité para que nadie se sienta molesto, es todo un logro.

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La noticia Creo que 'A Complete Unknown' podría ser un biopic musical más. Pero James Mangold, a diferencia del resto del género, tiene algo que contar fue publicada originalmente en Espinof por Randy Meeks .