'Anora' triunfa en una gala de los Oscars 2025 tan repartida como entretenida cuyo mayor acierto ha sido tener a Conan O'Brien presentando
A falta de menos de cinco minutos de arranque de la gala, una apresurada Penélope Cruz atiende a los micrófonos de Movistar Plus+ mientras su acompañante le mete prisa. Y es que ya debería estar en su sitio en un teatro a rebosar. Estamos en Los Angeles y la ceremonia de los 97 premios Oscars está en marcha. Unos zapatos rojos "enrubisados" son los encargados de dar cierta claqueta inicial. Este año, con los recientes incendios de los Palisades californianos de fondo, la Academia decidía celebrar Los Angeles como ciudad de los sueños, el LaLaLand con Hollywood de referencia. Tras el montaje, Ariana Grande sale al escenario cantando Over the Rainbow, el celebérrimo tema de 'El mago de oz'. Los pelos ya están como escarpias en los que arranca un pequeño popurrí continuado por Cinthia Erivo en todo su esplendor con un espectacular Defying Gravity, al que se une Grande. Desde luego, independientemente de que les vaya mejor o peor el homenaje a 'Wicked' está ahí, causando tremenda ovación. En Espinof De 'El Mago de Oz' a 'Wicked', en qué orden conviene ver las secuelas, precuelas y series derivadas del clásico del cine de fantasía Un Conan O'Brien saliendo de la Demi Moore de 'La sustancia' nos recuerda que estamos en los Oscars y no en los Tony. Aun siendo su primer bolo para la Academia, sus tablas e ingenio se notan con un monólogo con chistes muy finos apuntando, como es normal, a las películas y actores y actrices nominadas. Incluyendo a uno de "los elefantes de la habitación", Karla Sofía Gascón tras su megacrisis de imagen («si tuiteas la gala, me llamo Jimmy Kimmel»). Así, continuaba entre chascarrillos, estupendos chistes (el del papel de Antonio Banderas en 'Babygirl' es épico), Adam Sandler, un decepcionado John Lithgow (quiero ese gif para ya) y un pequeño número musical con Deadpool y un gusano arrakiano tocando el piano, nos agasajaban con quizás el mejor inicio de gala en años. Música, maestro Robert Downey Jr. salía a escena para el primer premio de la noche: el de mejor actor secundario que le cae, como era de esperar, a Kieran Culkin por su papelón en 'A Real Pain'. El actor cerraba su discurso de agradecimiento dirigiéndose a su mujer: es hora de un nuevo hijo. La tendencia internacional la empieza la animación. El gatete de 'Flow' le da el primer Óscar a Letonia mientras Irán recibe el mejor cortometraje. Los directores de 'In the shadow of a cypress' recogen su estatuilla haciendo visible que casi no llegan. Hossein Molayemi y Shirin Sohani acababan de aterrizar en Los Angeles y hasta el día antes no se les había concedido el visado. Nunca hubiera entrado en mis apuestas, pero el premio a Mejor diseño de vestuario tuvo una de las mejores presentaciones. Claro, estando Bowen Yang de por medio, era normal. Vestido como su personaje de 'Wicked' le entregaba la estatuilla al responsable de su atuendo, Paul Tazewell. Diseñador que no dudó en destacar su dato histórico: primer hombre negro en ganar en esta categoría. En Espinof De 'Emilia Pérez' a 'Dune 2'. Las 10 nominadas a mejor película en los Óscar 2025 ordenadas de peor a mejor Curioso, por cierto, el usar este formato del Big Five (es decir, sacar a cinco actores presentando el mismo premio) para homenajear a ciertos artesanos y técnicos. Si bien es verdad que sirve para dar algo más de visibilidad a estos, a mi juicio es una selección de categorías algo aleatoria (vestuario, maquillaje y dirección de fotografía pero no mejor director). La gala iba transcurriendo con pocas sorpresas por lo general, repartiendo bastante los premios (8 películas premiadas en 8 categorías en su primera hora y media de gala) y llegamos a un momento homenaje a James Bond. Lo suyo hubiera sido celebrando los 60 años de las películas hace un par de galas en vez de por el cambio de control creativo en las adaptaciones. El caso es que disfrutamos de un no demasiado emocionante popurrí de temas de la franquicia con Margaret Qualley, Lisa, Doja Cat y Raye (Adele no estaría disponible). Por cierto, hablando de música, este año no hemos tenido la clásica interpretación de los temas nominados a mejor canción y no me ha convencido la alternativa. Y es que un vídeo con los compositores comentando el trabajo queda bastante deslucido en comparación con lo habitual. Sobre todo cuando apenas se puede escuchar qué se está nominando. Ganó El mal de 'Emilia Pérez' en esa categoría, por cierto. El musical de Jacques Audiard partía con unas apabullantes 13 nominaciones y de no ser por este y por Zoe Saldaña como mejor actriz de reparto casi se va de vacío, evitando así cierto morbo de ver quién nombra y quién no a Gascón (Saldaña no, pero Clément Ducol, sí). Bomberos y recaditos Una de las sorpresas de la noche, no por calidad si no por contenido y mensa

A falta de menos de cinco minutos de arranque de la gala, una apresurada Penélope Cruz atiende a los micrófonos de Movistar Plus+ mientras su acompañante le mete prisa. Y es que ya debería estar en su sitio en un teatro a rebosar. Estamos en Los Angeles y la ceremonia de los 97 premios Oscars está en marcha.
Unos zapatos rojos "enrubisados" son los encargados de dar cierta claqueta inicial. Este año, con los recientes incendios de los Palisades californianos de fondo, la Academia decidía celebrar Los Angeles como ciudad de los sueños, el LaLaLand con Hollywood de referencia. Tras el montaje, Ariana Grande sale al escenario cantando Over the Rainbow, el celebérrimo tema de 'El mago de oz'.
Los pelos ya están como escarpias en los que arranca un pequeño popurrí continuado por Cinthia Erivo en todo su esplendor con un espectacular Defying Gravity, al que se une Grande. Desde luego, independientemente de que les vaya mejor o peor el homenaje a 'Wicked' está ahí, causando tremenda ovación.
Un Conan O'Brien saliendo de la Demi Moore de 'La sustancia' nos recuerda que estamos en los Oscars y no en los Tony. Aun siendo su primer bolo para la Academia, sus tablas e ingenio se notan con un monólogo con chistes muy finos apuntando, como es normal, a las películas y actores y actrices nominadas. Incluyendo a uno de "los elefantes de la habitación", Karla Sofía Gascón tras su megacrisis de imagen («si tuiteas la gala, me llamo Jimmy Kimmel»).
Así, continuaba entre chascarrillos, estupendos chistes (el del papel de Antonio Banderas en 'Babygirl' es épico), Adam Sandler, un decepcionado John Lithgow (quiero ese gif para ya) y un pequeño número musical con Deadpool y un gusano arrakiano tocando el piano, nos agasajaban con quizás el mejor inicio de gala en años.
Música, maestro

Robert Downey Jr. salía a escena para el primer premio de la noche: el de mejor actor secundario que le cae, como era de esperar, a Kieran Culkin por su papelón en 'A Real Pain'. El actor cerraba su discurso de agradecimiento dirigiéndose a su mujer: es hora de un nuevo hijo.
La tendencia internacional la empieza la animación. El gatete de 'Flow' le da el primer Óscar a Letonia mientras Irán recibe el mejor cortometraje. Los directores de 'In the shadow of a cypress' recogen su estatuilla haciendo visible que casi no llegan. Hossein Molayemi y Shirin Sohani acababan de aterrizar en Los Angeles y hasta el día antes no se les había concedido el visado.
Nunca hubiera entrado en mis apuestas, pero el premio a Mejor diseño de vestuario tuvo una de las mejores presentaciones. Claro, estando Bowen Yang de por medio, era normal. Vestido como su personaje de 'Wicked' le entregaba la estatuilla al responsable de su atuendo, Paul Tazewell. Diseñador que no dudó en destacar su dato histórico: primer hombre negro en ganar en esta categoría.
Curioso, por cierto, el usar este formato del Big Five (es decir, sacar a cinco actores presentando el mismo premio) para homenajear a ciertos artesanos y técnicos. Si bien es verdad que sirve para dar algo más de visibilidad a estos, a mi juicio es una selección de categorías algo aleatoria (vestuario, maquillaje y dirección de fotografía pero no mejor director).
La gala iba transcurriendo con pocas sorpresas por lo general, repartiendo bastante los premios (8 películas premiadas en 8 categorías en su primera hora y media de gala) y llegamos a un momento homenaje a James Bond. Lo suyo hubiera sido celebrando los 60 años de las películas hace un par de galas en vez de por el cambio de control creativo en las adaptaciones. El caso es que disfrutamos de un no demasiado emocionante popurrí de temas de la franquicia con Margaret Qualley, Lisa, Doja Cat y Raye (Adele no estaría disponible).

Por cierto, hablando de música, este año no hemos tenido la clásica interpretación de los temas nominados a mejor canción y no me ha convencido la alternativa. Y es que un vídeo con los compositores comentando el trabajo queda bastante deslucido en comparación con lo habitual. Sobre todo cuando apenas se puede escuchar qué se está nominando.
Ganó El mal de 'Emilia Pérez' en esa categoría, por cierto. El musical de Jacques Audiard partía con unas apabullantes 13 nominaciones y de no ser por este y por Zoe Saldaña como mejor actriz de reparto casi se va de vacío, evitando así cierto morbo de ver quién nombra y quién no a Gascón (Saldaña no, pero Clément Ducol, sí).
Bomberos y recaditos
Una de las sorpresas de la noche, no por calidad si no por contenido y mensaje (sobre todo en un país tan pro sionismo como Estados Unidos) lo tuvimos en mejor documental para 'No Other Land'. Los directores de la película, tanto palestinos como israelíes, lanzaron alto y claro un mensaje en busca de justicia y paz, sin edulcorar la realidad tanto de un lado como de otro de la frontera.
Por otro lado, un pequeño homenaje a los bomberos de esa región de California. Una ovación con todos los asistentes de pie donde pudimos escuchar buenos chistes apuntando a los productores de 'Joker 2', a las cualidades musicales de Timothee Chalamet ('A Complete Unknown') y a la manía de Conan O'Brien de subirse a los árboles.
Ya a estas alturas de la gala, se empezaba a notar que el tiempo se agota. El doblete de 'Dune. Parte 2' a mejor sonido y efectos visuales fue un visto y no visto. De hecho, a los sonidistas les cortaron el micro en cuanto pudieron, mostrando cierta ironía.

Morgan Freeman fue el encargado de abrir el momento de homenaje a los fallecidos del último año. Después de hacer un sentida elegía a Gene Hackman, arrancaba el In Memoriam. Este año han tirado de aparente sencillez: coro y orquesta interpretando el Lacrimosa del Réquiem de Mozart mientras el montaje era proyectado en la pantalla.
Con el premio a mejor película internacional para 'Aún estoy aquí', dando un gran mazazo a 'Emilia Pérez', salimos de la tercera hora de la gala y entramos en la cuarta. Una cuarta hora inaugurada por Conan O'Brien lanzando una pullita a la administración Trump («A América le gusta ver a alguien enfrentarse a un ruso poderoso»).
Queen Latifah en modo karaoke propuso el último momento musical de la gala como homenaje a Quincy Jones. Un homenaje que no tiene nada que envidiar al descanso de la reciente final de la copa del rey de la ACB con Andy y Lucas. Al menos, el público estaba igual de entregado.
Anora le toca a ella

Y ya solo nos quedaban los premios gordos en una gala en la que las cosas estaban tremendamente repartidas. Adrien Brody ('The Brutalist') como mejor actor pronunció un discurso tan kilométrico como soporífero (a este no le cortan); Sean Baker ('Anora') reivindicaba las salas en su agradecimiento a su premio como mejor director; Mikey Madison ('Anora') hacía presagiar como mejor actriz un final de ensueño para la película como gran ganadora de la noche.
Billy Crystal (cómo se le echa de menos) junto a Meg Ryan fueron los encargados de dar el premio más importante de la noche. Si bien el inicio de la carrera de premios apuntaban a cualquier dirección, las últimas semanas y la gala sentenciaban el destino de la estatuilla: 'Anora' fue la mejor película para los Oscars 2025 aunando, de nuevo, Cannes y la Academia de Hollywood.
Sean Baker subía de nuevo al escenario, esta vez acompañado de todo el mundo, para lanzar un último agradecimiento. Ya no había tiempo para más y Conan O'Brien despedía de manera express una gala que ha reivindicado, de un modo, el cine independiente aun acordándose bastante de las películas más comerciales.
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'Anora' triunfa en una gala de los Oscars 2025 tan repartida como entretenida cuyo mayor acierto ha sido tener a Conan O'Brien presentando
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Espinof
por
Albertini
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