Albert Boadella: «La música nos introduce en un mundo más perfecto»

María Rey-Joly y Albert Boadella se han convertido en pareja (artística) de hecho -«con permiso de nuestras parejas», ríe ella-. Han trabajado juntos en cinco espectáculos ya y dentro de unos días estrenarán el sexto: ' Ella ', la historia del proceso de restauración de una mujer que ha sido violada. Como es habitual en los últimos trabajos del creador de ' Els joglars ', la música tiene un protagonismo fundamental: la soprano canta en la función una veintena de canciones y 'lieder' de autores como Britten, Richard Strauss, Schubert, Bernstein, Kurt Weill, Falla o Turina. «La música nos introduce en un mundo, para mí, más perfecto. Donde capitula la palabra comienza la música. La polifonía es más compleja que una palabra emocionalmente. La palabra va aquí -se señala Boadella la cabeza-, y la música va aquí -se señala el corazón-. Es más directa, y es un mundo que no abandonas». María Rey-Joly -a quien acompañan el pianista Rubén Sánchez Vieco y el violinista Alfredo Ancillo - tuvo la idea, y Albert Boadella le dio forma junto a Martina Cabanas . «Yo quería contar la historia del desarrollo personal de alguien que ha tenido un trauma -dice la intérprete-, y este trabajo nos ha permitido investigar, buscar y profundizar cómo expresarlo a través del texto hablado y el texto cantado, tratando que sea siempre una misma cosa, que no haya diferencia a la hora de expresar lo que vaya a contar el personaje y se dé de una manera natural». «María no ha sido en este caso una simple intérprete; ella tiene un pensamiento dramatúrgico, un espectáculo en la cabeza, y lo que hago junto con Martina es desarrollarlo», dice Boadella, que añade que la base es la música, «una serie de compositores del siglo XX; el espectáculo tiene este condicionante musical, incluso en la narrativa, que no tiene forma realista, sino que la forma en que se va narrando la historia tiene que ver un poco con la propia casi abstracción de la música. La música tiene un componente temporal diferente, con ella se pierde el sentido real del tiempo con la música. Y aquí sucede un poco lo mismo; hay una serie de secuelas del trauma, del acto de la violación, que no se sabe bien si es el recuerdo o es que está pasando realmente». Pero no solamente la música tiene importancia, completa María Rey-Joly, «también los textos de las canciones -que el público puede ver en proyecciones, no en simples subtítulos-; el público sabe en todo momento lo que yo estoy diciendo cuando canto, que siempre está acorde con la situación que se vive en cada momento. Por eso las canciones tienen tanta importancia; por su música por supuesto, ya que son piezas estupendas, sino por el texto, que expresa lo que está en ese momento sufriendo». La función se ha ido creando en la sala de ensayos; «buscamos un repertorio musical porque teníamos una idea muy clara del proceso por el que iba a transitar el personaje -explica María Rey-Joly-, que tomó forma a medida que íbamos ensayando. La música ha sido como los puntitos que hay que unir para ver el dibujo. Viendo al personaje y cómo iba a ser ese transitar para su reconstrucción, veíamos que ciertas piezas podían funcionar muy bien». Albert Boadella recuerda un grave accidente de tráfico que tuvo hace unos años en el que en apenas un segundo en el que pensaba que se iba a morir se le pasaron un sinfín de cosas por la cabeza -desde el dolor que iba a causarle a Dolors, su mujer, hasta que se había dejado el registro del agua abierto y se iban a congelar las cañerías- para explicar la mente de la protagonista de 'Ella'. «En una situación traumática como la que vive el personaje la mente se escapa; estoy seguro de que la mente de una mujer violada se escapa hacia mil cosas. Y el juego en la función es éste, es un juego de tiempo que rompe la narrativa realista y entra más en el juego de tiempo musical». De un tiempo a esta parte, Albert Boadella no hace espectáculos sin música. «No me compensa tanto -se justifica-. Hice ' El Rey que fue ', para Els Joglars, una sátira sobre Don Juan Carlos. Lo pasé bomba trabajando con mis antiguos compañeros, y rememorando épocas más jóvenes y más potente físicamente... Pero la compensación personal no fue la misma. Ahora la música, para mí, es la introducción en un mundo más perfecto que el otro».

Feb 20, 2025 - 21:14
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Albert Boadella:  «La música nos introduce en un mundo más perfecto»
María Rey-Joly y Albert Boadella se han convertido en pareja (artística) de hecho -«con permiso de nuestras parejas», ríe ella-. Han trabajado juntos en cinco espectáculos ya y dentro de unos días estrenarán el sexto: ' Ella ', la historia del proceso de restauración de una mujer que ha sido violada. Como es habitual en los últimos trabajos del creador de ' Els joglars ', la música tiene un protagonismo fundamental: la soprano canta en la función una veintena de canciones y 'lieder' de autores como Britten, Richard Strauss, Schubert, Bernstein, Kurt Weill, Falla o Turina. «La música nos introduce en un mundo, para mí, más perfecto. Donde capitula la palabra comienza la música. La polifonía es más compleja que una palabra emocionalmente. La palabra va aquí -se señala Boadella la cabeza-, y la música va aquí -se señala el corazón-. Es más directa, y es un mundo que no abandonas». María Rey-Joly -a quien acompañan el pianista Rubén Sánchez Vieco y el violinista Alfredo Ancillo - tuvo la idea, y Albert Boadella le dio forma junto a Martina Cabanas . «Yo quería contar la historia del desarrollo personal de alguien que ha tenido un trauma -dice la intérprete-, y este trabajo nos ha permitido investigar, buscar y profundizar cómo expresarlo a través del texto hablado y el texto cantado, tratando que sea siempre una misma cosa, que no haya diferencia a la hora de expresar lo que vaya a contar el personaje y se dé de una manera natural». «María no ha sido en este caso una simple intérprete; ella tiene un pensamiento dramatúrgico, un espectáculo en la cabeza, y lo que hago junto con Martina es desarrollarlo», dice Boadella, que añade que la base es la música, «una serie de compositores del siglo XX; el espectáculo tiene este condicionante musical, incluso en la narrativa, que no tiene forma realista, sino que la forma en que se va narrando la historia tiene que ver un poco con la propia casi abstracción de la música. La música tiene un componente temporal diferente, con ella se pierde el sentido real del tiempo con la música. Y aquí sucede un poco lo mismo; hay una serie de secuelas del trauma, del acto de la violación, que no se sabe bien si es el recuerdo o es que está pasando realmente». Pero no solamente la música tiene importancia, completa María Rey-Joly, «también los textos de las canciones -que el público puede ver en proyecciones, no en simples subtítulos-; el público sabe en todo momento lo que yo estoy diciendo cuando canto, que siempre está acorde con la situación que se vive en cada momento. Por eso las canciones tienen tanta importancia; por su música por supuesto, ya que son piezas estupendas, sino por el texto, que expresa lo que está en ese momento sufriendo». La función se ha ido creando en la sala de ensayos; «buscamos un repertorio musical porque teníamos una idea muy clara del proceso por el que iba a transitar el personaje -explica María Rey-Joly-, que tomó forma a medida que íbamos ensayando. La música ha sido como los puntitos que hay que unir para ver el dibujo. Viendo al personaje y cómo iba a ser ese transitar para su reconstrucción, veíamos que ciertas piezas podían funcionar muy bien». Albert Boadella recuerda un grave accidente de tráfico que tuvo hace unos años en el que en apenas un segundo en el que pensaba que se iba a morir se le pasaron un sinfín de cosas por la cabeza -desde el dolor que iba a causarle a Dolors, su mujer, hasta que se había dejado el registro del agua abierto y se iban a congelar las cañerías- para explicar la mente de la protagonista de 'Ella'. «En una situación traumática como la que vive el personaje la mente se escapa; estoy seguro de que la mente de una mujer violada se escapa hacia mil cosas. Y el juego en la función es éste, es un juego de tiempo que rompe la narrativa realista y entra más en el juego de tiempo musical». De un tiempo a esta parte, Albert Boadella no hace espectáculos sin música. «No me compensa tanto -se justifica-. Hice ' El Rey que fue ', para Els Joglars, una sátira sobre Don Juan Carlos. Lo pasé bomba trabajando con mis antiguos compañeros, y rememorando épocas más jóvenes y más potente físicamente... Pero la compensación personal no fue la misma. Ahora la música, para mí, es la introducción en un mundo más perfecto que el otro».