Por qué la guerra en Sudán está complicando a los productores de vino y a Coca-Cola: qué pasa con la goma arábiga

¿Cómo un país como Sudán puede hacer temblar, a miles de kilómetros de distancia, a industrias del consumo tan potentes como la de los refrescos o el vino? La pregunta, que puede parecer difícil de resolver, tiene mucho de infantil. Sobre todo cuando vemos que dentro de la ecuación aparece un clásico de las manualidades escolares como la goma arábiga. Conocida desde la Antigüedad por su uso aglutinante, la goma arábiga ahora está en el candelero de portales de noticias económicas tan potentes como Reuters por una realidad: la falta de suministro. Y todo comienza, o acaba, en Sudán. El país africano es el responsable del 80% de la producción mundial de esta resina que se genera en distintos tipos de acacias, muy abundantes en Sudán, cuyo comercio ahora se encuentra estrangulado. Incluida como aditivo alimentario en la Unión Europea como E-414, la goma arábiga es un componente fundamental en determinadas industrias agroalimentarias que ahora penden de un hilo por la convulsa situación del país. La goma arábiga es una resina natural que se obtiene de dos especies de acacia, muy abundantes en el Sahel. © Inmerso en una guerra civil desde el año 2023, la realidad sudanesa y su deriva política lleva siendo un foco de conflicto en el corazón de África más de una década, habiéndose producido la división del país en el año 2011 en dos estados 'nuevos': Sudán y Sudán del Sur. Ahora es Sudán el que, tras un par de años, vive su particular caso de guerra civil en lo que se considera un estado fallido que de forma oficiosa está dominado por una guerrilla paramilitar llamada Rapid Support Forces (Fuerzas de Apoyo Rápido), consideras por organizaciones internacionales como un grupo terrorista que, además, comete crímenes contra la humanidad. Pero ¿qué tiene que ver el vino o la Coca-Cola con esta realidad? Pues que la goma arábiga, entre otras industrias, se utiliza en el mundo del vino como agente clarificante. También para reducir la astringencia, pero lo principal es el uso para clarificar. O como elemento estabilizante y espesante. Es decir, tiene propiedades que ayudan a dar textura suave y palatable a productos como los refrescos o el propio chocolate. Competencia y poca trazabilidad Con una textura cristalizada, la goma arábiga se utiliza en muchas aplicaciones de la industria alimentaria, desde el vino y los refrescos a los chicles y las chucherías. La situación actual es que las RSF controlan la mayor parte del territorio productor de la goma arábiga sudanesa, centrado en las regiones de Kordofan y Darfur, en el oeste del país y, además, controlan en crudo del producto, que solo puede ser comercializado por tratantes sudaneses que pagan una especie de impuestos a las RSF por ello. Según recoge Reuters, fuentes de las RSF que eso no es cierto, sino que es una forma de propaganda para desprestigiar su trabajo en el país africano. Todo ello ha generado un mercado negro que ha paralizado parcialmente el tráfico habitual de la goma arábiga, haciendo que algunas empresas transformadoras como Nexira, Alland & Robert o Ingredion desconfíen de la legalidad del producto y del retorno que pueda suponer para RSF, algo que también apuntan desde The Wall Street Journal. Todo ello ha motivado, además, la entrada de nuevos competidores en el mercado de la goma arábiga, como Camerún, Egipto, Chad, Senegal o Sudán del Sur pero con las mismas reticencias: la falta de garantía del origen de esta goma arábiga que, en algunas casos, se sospecha que siga siendo sudanesa. Al menos, sobre el papel, pues algunos medios como The Financial Times apuntaban en 2021 a que los productores europeos monopolizan la producción de esta resina. Lo cierto, del mismo modo, es que la dinámica de la goma arábiga en los mercados internacionales lleva siendo objeto de culto y de presiones económicas desde hace décadas. Un mercado negro poco claro de la goma arábiga No en vano, informaba Al-Jazeera, que durante los años noventa y dos mil, el gobierno sudanés había intentado usar la dependencia exterior de la goma arábiga como medida de presión contra las sanciones de Estados Unidos, lo que acabó permitiendo que los grupos de poder en Washington maniobrasen para conceder la exención de sanciones a la deseada goma arábiga. Más allá de eso, la goma arábiga y la guerra en Sudán están sujetas a ese mercado negro vinculado a una realidad sin ley dentro del país. Algo de lo que advertía a Reuters Mohammed Hussein Sorge, fundador de la empresa Unity Arabic Gum, ubicada en Khartoum (la capital de Sudán) y que se había convertido en una de las grandes distribuidoras de goma arábiga a terceros. En este sentido, había aclarado que comerciantes de otros países le llegaban a ofrecer una tonelada métrica de goma arábiga hashab –la más cara y de más calidad– por 3.500 dólares, cuando el mercado tradicional de esa goma arábiga concreta s

Mar 8, 2025 - 08:05
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Por qué la guerra en Sudán está complicando a los productores de vino y a Coca-Cola: qué pasa con la goma arábiga

Por qué la guerra en Sudán está complicando a los productores de vino y a Coca-Cola: qué pasa con la goma arábiga

¿Cómo un país como Sudán puede hacer temblar, a miles de kilómetros de distancia, a industrias del consumo tan potentes como la de los refrescos o el vino?

La pregunta, que puede parecer difícil de resolver, tiene mucho de infantil. Sobre todo cuando vemos que dentro de la ecuación aparece un clásico de las manualidades escolares como la goma arábiga.

Conocida desde la Antigüedad por su uso aglutinante, la goma arábiga ahora está en el candelero de portales de noticias económicas tan potentes como Reuters por una realidad: la falta de suministro.

Y todo comienza, o acaba, en Sudán. El país africano es el responsable del 80% de la producción mundial de esta resina que se genera en distintos tipos de acacias, muy abundantes en Sudán, cuyo comercio ahora se encuentra estrangulado.

Incluida como aditivo alimentario en la Unión Europea como E-414, la goma arábiga es un componente fundamental en determinadas industrias agroalimentarias que ahora penden de un hilo por la convulsa situación del país.

Chir gond o goma de pino goma de acacia primer plano La goma arábiga es una resina natural que se obtiene de dos especies de acacia, muy abundantes en el Sahel. ©

Inmerso en una guerra civil desde el año 2023, la realidad sudanesa y su deriva política lleva siendo un foco de conflicto en el corazón de África más de una década, habiéndose producido la división del país en el año 2011 en dos estados 'nuevos': Sudán y Sudán del Sur.

Ahora es Sudán el que, tras un par de años, vive su particular caso de guerra civil en lo que se considera un estado fallido que de forma oficiosa está dominado por una guerrilla paramilitar llamada Rapid Support Forces (Fuerzas de Apoyo Rápido), consideras por organizaciones internacionales como un grupo terrorista que, además, comete crímenes contra la humanidad.

Pero ¿qué tiene que ver el vino o la Coca-Cola con esta realidad? Pues que la goma arábiga, entre otras industrias, se utiliza en el mundo del vino como agente clarificante. También para reducir la astringencia, pero lo principal es el uso para clarificar. O como elemento estabilizante y espesante. Es decir, tiene propiedades que ayudan a dar textura suave y palatable a productos como los refrescos o el propio chocolate.

Competencia y poca trazabilidad

Istock 1365065068 Con una textura cristalizada, la goma arábiga se utiliza en muchas aplicaciones de la industria alimentaria, desde el vino y los refrescos a los chicles y las chucherías.

La situación actual es que las RSF controlan la mayor parte del territorio productor de la goma arábiga sudanesa, centrado en las regiones de Kordofan y Darfur, en el oeste del país y, además, controlan en crudo del producto, que solo puede ser comercializado por tratantes sudaneses que pagan una especie de impuestos a las RSF por ello.

Según recoge Reuters, fuentes de las RSF que eso no es cierto, sino que es una forma de propaganda para desprestigiar su trabajo en el país africano. Todo ello ha generado un mercado negro que ha paralizado parcialmente el tráfico habitual de la goma arábiga, haciendo que algunas empresas transformadoras como Nexira, Alland & Robert o Ingredion desconfíen de la legalidad del producto y del retorno que pueda suponer para RSF, algo que también apuntan desde The Wall Street Journal.

Todo ello ha motivado, además, la entrada de nuevos competidores en el mercado de la goma arábiga, como Camerún, Egipto, Chad, Senegal o Sudán del Sur pero con las mismas reticencias: la falta de garantía del origen de esta goma arábiga que, en algunas casos, se sospecha que siga siendo sudanesa. Al menos, sobre el papel, pues algunos medios como The Financial Times apuntaban en 2021 a que los productores europeos monopolizan la producción de esta resina.

Lo cierto, del mismo modo, es que la dinámica de la goma arábiga en los mercados internacionales lleva siendo objeto de culto y de presiones económicas desde hace décadas.

Un mercado negro poco claro de la goma arábiga

No en vano, informaba Al-Jazeera, que durante los años noventa y dos mil, el gobierno sudanés había intentado usar la dependencia exterior de la goma arábiga como medida de presión contra las sanciones de Estados Unidos, lo que acabó permitiendo que los grupos de poder en Washington maniobrasen para conceder la exención de sanciones a la deseada goma arábiga.

Más allá de eso, la goma arábiga y la guerra en Sudán están sujetas a ese mercado negro vinculado a una realidad sin ley dentro del país. Algo de lo que advertía a Reuters Mohammed Hussein Sorge, fundador de la empresa Unity Arabic Gum, ubicada en Khartoum (la capital de Sudán) y que se había convertido en una de las grandes distribuidoras de goma arábiga a terceros.

En este sentido, había aclarado que comerciantes de otros países le llegaban a ofrecer una tonelada métrica de goma arábiga hashab –la más cara y de más calidad– por 3.500 dólares, cuando el mercado tradicional de esa goma arábiga concreta superaba los 5.000 dólares por tonelada métrica, pero que los vendedores no le podían asegurar la procedencia ética y sostenible de la certificación Sedex, por lo que sospecha que procedía de un mercado negro sudanés controlado por las RSF.

Mientras el embrollo se resuelve, la realidad es que puede que ciertas industrias a miles de kilómetros de distancia acaben salpicadas por el conflicto sudanés.

Imágenes | Imagen de freepik / Sayali Pashte en iStock / undefined undefined en iStock

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La noticia Por qué la guerra en Sudán está complicando a los productores de vino y a Coca-Cola: qué pasa con la goma arábiga fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Jaime de las Heras .