A veces usamos expresiones rarísimas que, sin embargo, todo el mundo entiende porque son de uso general. Algunas de las que más me llaman la atención son las que asocian el verbo morir con el sustantivo risa, dos ideas aparentemente incompatibles. Uno entiende que morirse de risa sea ‘reírse mucho y con muchas ganas’, una hipérbole sinónima de mondarse de risa o desternillarse; a hora se dice también partirse la caja, refiriéndose a la caja torácica, la cavidad del pecho. Es como si los espasmos de la risa nos partiesen el pecho, hiciesen que se nos desprendiesen los cartílagos o nos quitasen una corteza imaginaria. Se trata de una creativa exageración, una metáfora humorística. También se entiende bastante bien, como...
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