Andrés Neuman: «María Moliner es a la RAE lo que Borges es al Nobel, un gran borrón en su historia»

«Biquini. Traje de baño femenino reducido a dos pequeñas piezas que cubren los senos y la unión de las piernas con el cuerpo». Ésta es la definición que María Moliner incluyó en su celebérrimo 'Diccionario de uso del español' sobre le popular bañador. Por supuesto, esta palabra no estaba incluida en los diccionarios de la Real Academia Española de la época, sobre todo porque entonces la prenda estaban prohibida en la mayor parte del territorio español. Pero esta anecdótica palabra, por frívola que parezca, ilustra a la perfección la sutileza, osadía y ambición de Moliner con su titánico proyecto. «Ella nunca se pondría un bikini, por descontado, pero su hija y sobrinas sí. Decide que lo más justo es incluir la palabra. No quería adoctrinar con su diccionario, sólo ser fiel a los usos de las palabras», afirma el autor en una entrevista a ABC. El escritor Andrés Neuman vuelve a la novela con 'Hasta que empieza a brillar' (Alfaguara) , un recuento de la vida personal de la lexicógrafa, desde los doce años, cuando su padre los abandona para irse a Buenos Aires y ella se ve forzada a empezar a trabajar, hasta su muerte en 1981 de arterioesclerosis cerebral. «Desde que era estudiante de filología y leí por primera vez su diccionario me obsesioné por su figura. Hay biografías y diferentes estudios, pero sigue siendo una personalidad desconocida para el gran público, cuando es una figura central en la historia de la cultura española», afirma el autor de 'El viajero del siglo'. La novela quiere comprender la trayectoria de un personaje único y entender qué la llevó a iniciar, a sus 50 años, un proyecto tan titánico como la creación de un diccionario que sirviese de complemento y contrapunto a los creados en la RAE. «Su trayectoria es increíble. Es una de las primeras mujeres funcionarias de carrera, la primera mujer profesora de universidad y paralelamente su trabajo como bibliotecaria fue asombroso. Y tenía el tesón y la ambición de crear en su madurez un diccionario con 80.000 entradas », señala Neuman. La novela sigue cronológicamente la trayectoria de Moliner y nos muestra su vida doméstica, como quien espía por la cerradura, y cómo sus experiencias personales se mezclaron directamente con la redacción de las diferentes entradas. Tanto es así que toda la familia, sus cinco hijos y nietos, acaban por se cómplices de la gran obra de la matriarca. «Su marido fue el primer traductor de Einstein y el introductor de sus ideas en España, así que ya ves qué familia. Lo que quiero mostrar es que, escondida en las acepciones de su diccionario, podemos leer apuntes autobiográficos mal disimulados», comenta el autor de «Bariloche». Desde que empieza su redacción en 1950 hasta que lo acaba y da a imprenta en 1966 pasan 16 años de un intenso trabajo. En agosto, mientras toda la familia descansa en las playas de La Pobla, en Tarragona , ella sigue inmersa en su redacción dentro de casa. «Hay cierta socarronería en sus definiciones y un sentido del humor irónico que era característico de ella. He querido respetar esta característica al redactar la novela», remarca Neuman. La gran injusticia vital que sufrió la autora sucedió en 1972, cuando la RAE la nomina como posible candidata para entrar en la academia, pero la acaban rechazando en favor del filólogo Emilio Alarcos . «Muchos se excusan en el prestigio de Alarcos para justificar el rechazo, pero lo cierto es que entonces era 20 años más joven que Moliner. Lo peor de todo es que no acabó ni segunda en la votación. El segundo fue el poeta José García Nieto, amigo de Cela, que por supuesto acabaría por entrar en la institución», asegura Neuman. Uno de los momentos más emotivos de la novela es cuando la escritora Carmen Conde está realizando en 1979 su discurso de ingreso en la Academia. Es la primera mujer en formar parte de la institución. María Moliner, con su capacidad intelectual reducida tras su derrame cerebral, mira la televisión el histórico momento con su familia. «La contradicción en bárbara, porque fue nominada por la academia, así que había académicos que la admiraban. No es el caso de Emilia Pardo Bazán , que Juan Valera se movió para que ni siquiera fuera nominada. Creo que había gente que la subestimaba por ser mujer y tener una formación heterodoxa como lexicógrafa, pero también había quienes habían leído su diccionario con atención y la veían como una amenaza, alguien que desafiaba su trabajo», asegura Neuman. El libro está plagado de anécdotas maravillosas sobre una mujer inconmensurable, como cuando le envía por cortesía una copia de su diccionario al célebre Menéndez Pidal y él, ya anciano y recluido en su cama, se lo devuelve con tres erratas que nadie había visto. «Hay que recordar que Menéndez Pidal fue su profesor 50 años atrás. A buen seguro esto significó mucho para Moliner, como si fueran los últimos deberes que le mandaba», ríe el escritor. El 30 de marzo se conmemora el 125 aniversario del nacimiento de María Moliner y los homenajes no dejarán de su

Mar 12, 2025 - 15:21
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Andrés Neuman: «María Moliner es a la RAE lo que Borges es al Nobel, un gran borrón en su historia»
«Biquini. Traje de baño femenino reducido a dos pequeñas piezas que cubren los senos y la unión de las piernas con el cuerpo». Ésta es la definición que María Moliner incluyó en su celebérrimo 'Diccionario de uso del español' sobre le popular bañador. Por supuesto, esta palabra no estaba incluida en los diccionarios de la Real Academia Española de la época, sobre todo porque entonces la prenda estaban prohibida en la mayor parte del territorio español. Pero esta anecdótica palabra, por frívola que parezca, ilustra a la perfección la sutileza, osadía y ambición de Moliner con su titánico proyecto. «Ella nunca se pondría un bikini, por descontado, pero su hija y sobrinas sí. Decide que lo más justo es incluir la palabra. No quería adoctrinar con su diccionario, sólo ser fiel a los usos de las palabras», afirma el autor en una entrevista a ABC. El escritor Andrés Neuman vuelve a la novela con 'Hasta que empieza a brillar' (Alfaguara) , un recuento de la vida personal de la lexicógrafa, desde los doce años, cuando su padre los abandona para irse a Buenos Aires y ella se ve forzada a empezar a trabajar, hasta su muerte en 1981 de arterioesclerosis cerebral. «Desde que era estudiante de filología y leí por primera vez su diccionario me obsesioné por su figura. Hay biografías y diferentes estudios, pero sigue siendo una personalidad desconocida para el gran público, cuando es una figura central en la historia de la cultura española», afirma el autor de 'El viajero del siglo'. La novela quiere comprender la trayectoria de un personaje único y entender qué la llevó a iniciar, a sus 50 años, un proyecto tan titánico como la creación de un diccionario que sirviese de complemento y contrapunto a los creados en la RAE. «Su trayectoria es increíble. Es una de las primeras mujeres funcionarias de carrera, la primera mujer profesora de universidad y paralelamente su trabajo como bibliotecaria fue asombroso. Y tenía el tesón y la ambición de crear en su madurez un diccionario con 80.000 entradas », señala Neuman. La novela sigue cronológicamente la trayectoria de Moliner y nos muestra su vida doméstica, como quien espía por la cerradura, y cómo sus experiencias personales se mezclaron directamente con la redacción de las diferentes entradas. Tanto es así que toda la familia, sus cinco hijos y nietos, acaban por se cómplices de la gran obra de la matriarca. «Su marido fue el primer traductor de Einstein y el introductor de sus ideas en España, así que ya ves qué familia. Lo que quiero mostrar es que, escondida en las acepciones de su diccionario, podemos leer apuntes autobiográficos mal disimulados», comenta el autor de «Bariloche». Desde que empieza su redacción en 1950 hasta que lo acaba y da a imprenta en 1966 pasan 16 años de un intenso trabajo. En agosto, mientras toda la familia descansa en las playas de La Pobla, en Tarragona , ella sigue inmersa en su redacción dentro de casa. «Hay cierta socarronería en sus definiciones y un sentido del humor irónico que era característico de ella. He querido respetar esta característica al redactar la novela», remarca Neuman. La gran injusticia vital que sufrió la autora sucedió en 1972, cuando la RAE la nomina como posible candidata para entrar en la academia, pero la acaban rechazando en favor del filólogo Emilio Alarcos . «Muchos se excusan en el prestigio de Alarcos para justificar el rechazo, pero lo cierto es que entonces era 20 años más joven que Moliner. Lo peor de todo es que no acabó ni segunda en la votación. El segundo fue el poeta José García Nieto, amigo de Cela, que por supuesto acabaría por entrar en la institución», asegura Neuman. Uno de los momentos más emotivos de la novela es cuando la escritora Carmen Conde está realizando en 1979 su discurso de ingreso en la Academia. Es la primera mujer en formar parte de la institución. María Moliner, con su capacidad intelectual reducida tras su derrame cerebral, mira la televisión el histórico momento con su familia. «La contradicción en bárbara, porque fue nominada por la academia, así que había académicos que la admiraban. No es el caso de Emilia Pardo Bazán , que Juan Valera se movió para que ni siquiera fuera nominada. Creo que había gente que la subestimaba por ser mujer y tener una formación heterodoxa como lexicógrafa, pero también había quienes habían leído su diccionario con atención y la veían como una amenaza, alguien que desafiaba su trabajo», asegura Neuman. El libro está plagado de anécdotas maravillosas sobre una mujer inconmensurable, como cuando le envía por cortesía una copia de su diccionario al célebre Menéndez Pidal y él, ya anciano y recluido en su cama, se lo devuelve con tres erratas que nadie había visto. «Hay que recordar que Menéndez Pidal fue su profesor 50 años atrás. A buen seguro esto significó mucho para Moliner, como si fueran los últimos deberes que le mandaba», ríe el escritor. El 30 de marzo se conmemora el 125 aniversario del nacimiento de María Moliner y los homenajes no dejarán de sucederse. Sin embargo, la figura de la lexicógrafa todavía no está grabada en la cultura popular. «Ella consiguió modernizar el diccionario y sacudirle el polvo. Encanta a los escritores, porque es muy literario. Encanta a las familias, porque es más entendible y útil y a estas alturas ha pasado de padres a hijos. Y encanta a los filólogos por su detalle. Es un diccionario heterodoxo, como nadie creía que se podían hacer los diccionarios. Pero ella lo hizo y eso ya es una gran historia», concluye Neuman.