Fallece la hija de una conocida tiktoker tras días hospitalizada, e investigan posible negligencia y abuso
Trágico suceso. A veces, un hecho tiene la fuerza suficiente para sacudir a toda una sociedad, más allá de cifras, ideologías o distancias. Una noticia así no deja espacio para la indiferencia: duele, incomoda, obliga a mirar de frente realidades que preferimos evitar. La muerte de una niña, en circunstancias tan complejas como devastadoras, es ... Leer más

Trágico suceso.
A veces, un hecho tiene la fuerza suficiente para sacudir a toda una sociedad, más allá de cifras, ideologías o distancias. Una noticia así no deja espacio para la indiferencia: duele, incomoda, obliga a mirar de frente realidades que preferimos evitar. La muerte de una niña, en circunstancias tan complejas como devastadoras, es uno de esos acontecimientos que obliga a hacer una pausa.
La madrugada del 13 de mayo, Karely Yamileth —una bebé de apenas un mes de vida— falleció en un hospital de Monterrey tras varios días en terapia intensiva. Su madre, Lupita, conocida en redes como Lupita TikTok, había compartido el estado crítico de su hija con miles de seguidores. La pequeña llevaba días conectada a un respirador artificial, sin mostrar actividad cerebral.
Una espera marcada por el silencio.
El diagnóstico había sido fulminante: muerte cerebral. La causa, una sepsis severa que provocó un colapso generalizado en su cuerpo. Ingresó al hospital el 27 de abril con síntomas graves; desde entonces, cada día fue una lucha silenciosa, sostenida por máquinas. A las 00:37 horas del lunes, su corazón se detuvo definitivamente.
Personal médico confirmó que ya no había posibilidad de recuperación. Aunque se contempló la opción de retirarle el soporte vital, la naturaleza se adelantó. La familia enfrentaba un dolor imposible de dimensionar, atrapada entre la esperanza y la inminencia de lo irreversible.
Detrás del duelo, una historia más oscura.
Mientras el país se conmovía con el fallecimiento de la menor, nuevos detalles agregaban complejidad al caso. Días antes de la muerte de Karely, el presunto padre de la bebé, Ricardo “N”, fue detenido por autoridades bajo cargos graves. El hombre, 25 años mayor que Lupita, enfrenta una acusación por abuso sexual.
El Ministerio Público ha señalado que la joven madre, de 22 años, tiene una discapacidad cognitiva que la convierte en una persona legalmente vulnerable. Se investiga si esta condición fue aprovechada por Ricardo para establecer una relación desigual y sin consentimiento pleno. El caso ha puesto sobre la mesa la urgencia de proteger a quienes viven en contextos de fragilidad social y emocional.
Redes sociales, exposición y dolor.
Lupita, quien había ganado popularidad en TikTok con contenido aparentemente inocente, anunció su embarazo públicamente meses atrás. En sus publicaciones, aparecía con Ricardo, presentándolo como su pareja estable. Muchos de sus seguidores celebraron la llegada del bebé sin conocer el trasfondo de la relación.
La bebé nació el 13 de abril, pero apenas dos semanas después fue internada por un cuadro grave que incluyó fiebre, deshidratación y señales de descuido. Desde entonces, las preguntas han crecido. ¿Hubo negligencia médica? ¿Se actuó a tiempo? ¿Quién vigilaba el bienestar de esa madre e hija?
El debate que no puede esperar.
El caso ha encendido un debate público necesario sobre múltiples temas: abuso de poder, protección legal para personas con discapacidad, y el rol de las instituciones frente a casos de alta vulnerabilidad. También cuestiona el papel de las redes sociales como vitrinas donde se normalizan relaciones desequilibradas y donde el dolor se expone sin filtros.
Mientras tanto, la sociedad observa y reacciona. Algunos con empatía, otros con indignación, todos con preguntas que aún no tienen respuestas claras. Lo único certero, por ahora, es que una vida se apagó demasiado pronto, y que esa pérdida duele más por todo lo que revela.